viernes, 11 de octubre de 2013

EL ENEAGRAMA : UN APUNTE CRITICO

Luis Roca Jusmet

¿Qué es el eneagrama ? A la mayoría ni le suena, otros lo utilizan y algunos lo veneran. Expliquemos un poco su origen, su discurso y su práctica. El origen es mítico, lo cual ya levanta cierta sospecha: procede, dicen, del sufismo a través de Gurdieff. Para los que no lo conocen Gurdieff es un supuesto maestro espiritual ruso, que pretende haber entrado en contacto con diversas tradiciones esotéricas. Tiene escritos bastantes libros, algunos por él mismo y otros por un discípulo suyo llamado Oupenski. Sus afirmaciones son bastante enigmáticas. Hablan de una transformación radical a partir de un trabajo interno. Gurdieff funda una secta de seguidores que lo siguen ciegamente. El eneagrama es una figura de nueve puntas que Gurdieff utiliza en sentido esotérico. 

 
A todo esto aparece un tal Oscar Ichazo que dice haber aprendido estas técnicas secretas y formula un eneagrama de la personalidad. Este eneagrama es una figura de nueve tipologías que se relacionan entre sí de una determinada manera. Funda una escuela. Pero será Claudio Naranjo, psiquiatra chileno, el encargado de difundir por EEUU, America Latina y Europa este sistema. Naranjo procedía de la Escuela de la Gestalt, una variante de la psicología humanista, que combinaba con un eclecticismo muy al gusto de la New Age.
En todo caso asume un papel de Maestro espiritual que, debido a su carisma, atraerá a muchos discípulos. Don Riso y Helen Palmer serán dos de sus discípulos que intentan difundir una versión propia, menos espiritualizada, más práctica del sistema. Lo más curioso es que está siendo utilizado por múltiples organizaciones, desde el departamento de recursos humanos de multinacionales hasta los jesuitas. Incluso, por dar un ejemplo, el eneagrama fue utilizado en profundidad en cursos para profesores organizados por el Departament d'Educació de la Generalitat de Catalunya. Hay gran cantidad de libros sobre el tema, se hacen múltiples cursos, seminarios y talleres y tiene en la clase media globalizada un público creciente e incondicional.
Desde un punto de vista sociológico la explicación es clara. Como ha señalado la brillante socióloga Eva Illouz domina cada vez el discurso psicológico. Cuando se corroe el carácter como dimensión social , como dice otro  gran sociólogo que es Richard Sennet, se busca en la personalidad individual la manera de afirmarse. Uno se busca a sí mismo y no obtiene en la psicología institucional la manera de hacerlo. La estadística, la neurofisiología, el conductismo, ni siquiera el cognitivismo valen para esta búsqueda interna. Queda el psicoanálisis pero es caro, largo y nos enfrenta al inconsciente. En general se busca algo más rápido, más gratificante. Si seguimos a Lacan, que me parece muy certero, podríamos afirmar que se busca una satisfacción narcisista. No es el Ello al que nos enfrenta el psicoanálisis. Es el yo que busca una identificación imaginaria. Y el eneagrama la da. Formula nueve tipologías y cada una tiene un número. Soy un 1, soy un 5 o soy un 8, dicen los sorprendidos participantes. Buscan en los afines que han descubierto una identidad, también imaginaria, de grupo. Y tienen además un camino marcado porque el eneagrama establece una relación entre todos los tipos, una que va hacia el progreso y otra a la deriva. Si eres un 8 debes ir hacia el 4 no hacia el 5. Tenemos entonces un mapa, un camino marcado de salvación. Descubierto el pecado hay un camino de redención. Tenemos una buena base cultural cristiana que permanece latente y que soporte, aunque sea inconsciente, a estos planteamientos.
He de reconocer que el sistema es ingenioso y que recupera algo perdido por esta pseudociencia que es la psicología. Me refiero a la teoría de las pasiones. No nos engañemos: la psicología no es una ciencia, es un arte. Lo reconoce uno de los mejores psiquiatras españoles que han existido, Carlos Castilla del Pino. Las neurociencias sí son consistentes, sí prueban lo que dicen. Pero toda esta ideología de la adaptación de base cognitivo-conductista no tiene nada de científica. Ya nos lo advirtió uno de los grandes filósofos de la ciencia, Georges Cangelheim, maestro de Foucault. Hay también la psicología humanista del crecimiento, que se somete a un ideal imposible de salud mental y realización. Todo ideología, nada es científico. Queda el psicoanálisis, que es algo serio. No es ni ciencia ni filosofía pero tampoco es ideología. Queda para otra reflexión su análisis crítico pero merece todos mis respetos, aunque no mi devoción.
La psicología intuitiva tiene su mejor expresión en algunos filósofos y escritores. De estos últimos podemos citar a Cervantes, Shakespeare, Stendhal; entre los filósofos podríamos citar desde Aristóteles a Nietzsche pasando por Tomás de Aquino. Pero destaca sobre todo el gran Spinoza con su teoría de las pasiones. Los teóricos del Eneagrama recogen algo de esta sabiduría al señalar las nueve pasiones fundamentales. Estas serían la ira, el orgullo, la vanidad, la envidia, la avaricia, el miedo, la gula, la venganza o lujuria (que asimila de una manera confusa) y la pereza. Estas pasiones existen y estructuran hábitos y actitudes. Que cada una configure una personalidad es más discutible. ¿Existen las personalidades ? Esto nos lleva a la diferencia entre conceptos de base más realista y más nominalista. Un concepto de base realista sería el de ser humano, ya nos basamos en una diferencia biológica real que marca las diferencias interespecíficas. Uno más nominalista es el de personalidad o carácter, que se basa en una clasificación que acordamos, pero que no por esto es arbitraria. Todas las clasificaciones son discutibles pero si están bien pensadas tienen una base real porque se basan en una criterio existente. Por ejemplo la de Jung entre introvertido y extrovertido. O el mismo Freud cuando habla del carácter narcisista, el obsesivo y el dependiente. En este sentido la clasificación del eneagrama sería aceptable con una condiciones. La primera es que sirva para orientar pero no para clasificar. La segunda es que se relativizara y aceptara los tipos mixtos, ya que de otra forma adaptamos los hechos singulares a la doctrina y no al revés. La tercera es que nos olvidemos todas las subdivisiones. Por ejemplo Claudio Naranjo establece de una manera gratuita que hay en cada uno una versión social, una sexual y una conservadora. Son tres criterios poco consistentes que le llevan a forzar todo el sistema. De esta manera no solo clasificamos sino que adecuamos la realidad a lo apriorístico de la teoría. La tercera es que nos olvidemos de todo el sistema de relación entre avances y retrocesos porque nos sometemos a, como diría Lacan, el discurso del Amo. Esto es, en definitiva, lo que hace el Eneagrama, un discurso del Amo al que someternos. Perder lo más singular, lo más propio del deseo para no enfrentarnos a la angustia. De esta manera la identificación imaginaria nos salva de la angustia renunciando a lo que somos. Ni más ni menos.

5 comentarios:

  1. Parece más sofisticado y elegante que rendir culto y pedir la salvación a una hoja de cáñamo. Creo que aciertas, Luis, al poner en relación estas soteriologías postmodernas con el laberinto estéril del narcisismo. "Buscarse es lo que importa" -dice Narciso contemplando su mejor imagen en el espejo monitorizado. Pero ¿no será más enriquecedor hacerlo en el diálogo amoroso -y en el conflicto inevitable- con los otros que en el ensimismamiento categorizante?

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  2. Ciertamente, José, das en el clavo. una cosa es trabajarse en la relación con uno mismo y con el otro y otra es estar pendiente de la propia imagen.

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  3. Estoy de acuerdo con Uds. En esta postmodernidad, a la que un sociólogo francés (Lipovesky) definió acertadamente como la era de los 'derechos subjetivos', el antiguo oráculo 'conócete a ti mismo' se ha convertido en 'complácete ti mismo' ...

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  4. Me sorprende su análisis tan dedicado y singular. Le comento. El eneagrama no es una figura, como usted indica, sino un sistema de conocimiento personal y desarrollo espiritual, que se representa en una figura que parece un diamante de nueve puntas al interior de un círculo. El círculo es la totalidad y las nueve puntas el inicio del camino a ser recorrido por cada una de las personalidades que identifica el sistema. El camino queda recorrido una vez que avanza sobre los puntos que señala su ruta, que es el que señala la dirección contraria de la flecha; es decir, si se identifica como 7, su camino se inicia yendo hacia el 5 (las características de la personalidad 5 –no del sujeto que se identifica como tal- aportarán sin violentar parte de lo que a las personalidades 7 les falta).
    El eneagrama no se plantea a partir del Ello ni del Yo, mas si fuerza esa identificación, los abarca a ambos. La personalidad –eneatipo- es una estrategia de sobrevivencia –la persona griega- necesaria para formar un Yo; pero, el hombre no es su personalidad, sino su esencia. El camino que propone el eneagrama es descubrir la personalidad para llegar a la esencia que, en cada eneatipo será de una forma diferente.
    El eneagrama no formula nueve tipologías, es una tipología de personalidad que describe nueve eneatipos a los que nombra con un número, de la misma forma que podría haberlo hecho con un color o una letra. No hay una personalidad mejor o peor que otra.
    Describe el camino que debe hacer cada persona para que como ser humano alcance su totalidad esencial. Si es un 8 debe ir hacia el 2 (y no hacia el 4, como señala en su nota) y no hacia el 5, lo desintegra, porque le agrega un condimento a su personalidad que agrava sus dificultades.
    Si bien es cierto que el Eneagrama apropia a cada eneatipo de un vicio o pecado particular, no se define necesariamente a partir de él, sino más bien de lo que denomina “evitación”. Cada eneatipo evita algo puntual y es a partir de esa evitación que se va estructurando la personalidad.
    Por último, acepte el Eneagrama porque,
    1) sirve para orientar y no para clasificar. Siendo un sistema -de conocimiento personal y desarrollo espiritual- integrativo es contradictorio que pueda “fijar” las características, como sugiere la palabra “clasificar”; sirve para distinguir el punto de partida, dónde estamos y lo que falta para “arribar”
    2) las personalidades no son puras, tienen “alas” y “niveles de integración”
    3) Las subdivisiones son aportes, en algunos casos, que los diferentes intérpretes del sistema entregan a fin de hacerlo más claro y distinguible para los usuarios. Algunas veces confunden mas que aclaran.
    4) No podrá olvidarse de los “avances” y “retrocesos”, porque cuando avance estará contento y cuando retroceda, lo pasará mal… o sea, se angustiará… eso le permitirá entrar en ese conocimiento del ser que es, al que usted no quiere renunciar.
    Cordiales saludos,

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