domingo, 31 de marzo de 2013

¿Invención cerebral del yo?


 
Rodolfo R. LLinás
En defensa del monismo

Roberto R. Llinás ha sido director del Departamento de Fisiología y Neurociencia de la Universidad de Nueva York y es miembro de prestigiosas academias científicas de todo el mundo. Su libro El cerebro y el mito del yo es una excelente obra de divulgación científica con prólogo de Gabriel García Márquez.

Para Llinás, la mente o “el estado mental” es producto de los procesos evolutivos que han tenido lugar en el cerebro de los organismos dotados de movimiento. Cree que Occidente debe superar ese dualismo que, desde los pitagóricos y modernamente con Descartes, supone o postula un “fantasma en la máquina”. La expresión del título, “el mito del yo”, alude precisamente a ese concepto –equivocado- de un yo separable de las funciones cerebrales. Mi cerebro y yo no somos dos cosas diferentes. La mente tiene una naturaleza neurobiológica, y no es una sustancia distinta del cerebro, sino que emerge de la sustancia física del sistema nervioso central. Lo que llamamos “yo” resulta una función de la estructura geométrica y del flujo de interconexión de las neuronas, donde juega un importantísimo papel la sincronía, o sea, el tiempo.

El hombre debe enfrentarse cara a cara con su verdadera naturaleza. No es necesariamente preferible creerse un fantástico ángel menor que un real animal extraordinario con una mente portentosa[1]. Desde la perspectiva monista, cerebro y mente son eventos inseparables. La mente, o el estado mental, constituye tan sólo uno de los grandes estados funcionales generados por el cerebro. Por su parte, los estados mentales conscientes -que como ya apuntó Hume son discontinuos- pertenecen a una clase de estados funcionales del cerebro en los que se generan imágenes cognitivas sensomotoras (cualias[2]), incluyendo la autoconciencia.

Naturalmente, hay estados mentales sin conciencia, como el estar dormido, drogado, anestesiado, en coma, o sufriendo una crisis epiléptica. El cerebro puede seguir funcionando sin conciencia y sin autoconciencias, sin preocupaciones, esperanzas o temores, en el olvido total. Sin embargo, soñar es también un estado cognoscitivo, aunque no respecto a la realidad externa, pues no está regulado por los sentidos.

martes, 26 de marzo de 2013

Siguiendo con la polémica Freud


Autora: Ana Azanza 











Sin enmendar la plana a Luis, sabes bastante psicología y psicoanálisis que yo desconozco y tu última contribución al tema es muy ilustrativa, comparto esta presentación que hizo Onfray en Burdeos en 2010. Me quedó claro que ni la psicología ni el psicoanálisis son ciencias en el sentido duro del término. Me parece que como filósofos formados en una determinada época y universidad, a lo mejor tenemos un alto concepto de lo que sea una ciencia y de su poder un tanto exagerado. Hay saberes no científicos, difícilmente sustentables en evidencias racionales matemáticamente formulables, que son muy necesarios.

Las terapias psicológicas pertenecerían a ese grupo de saberes. Se puedo objetar que es muy fácil el fraude, si no hay una evidencia racionalmente demostrable de resultados. Quizás sea esa realidad de un psicoanálisis mitificado con todo un “star system”, personas que viven de ello, lo que Onfray ha descubierto con su libro. En este vídeo asegura que el propio Freud reconoce los antecedentes de su creación como Janet y Breuer, pero que fueron sus incondicionales los que llevaron a arrogarse el título de “creador ex novo”.

También me gusta de esta intervención la defensa que hace Onfray de sí mismo como un “obrero” de la filosofía, que lee y escribe ocho horas diarias, sin domingos ni vacaciones. Su punto de referencia es la clase obrera a la que pertenece, su padre y su hermano han trabajado y trabajan ocho horas al día, y cuando se dedica tiempo e intensidad cunde. Sino es difícil explicar la cantidad de libros que lleva publicados “el filósofo de Argentan”. Los que se opusieron en los medios de comunicación a su libro sobre Freud lo tacharon de “odiador”, nazi, fascista…Pero Onfray se defiende y da a conocer que lo mismo dijeron de los 40 desconocidos autores del “Libro negro del psicoanálisis”. El mismo no había leído ese libro, lo tenía en su biblioteca y sólo lo abrió para prepararse las conferencias que da semanalmente en la universidad popular. En el libro negro descubrió acusaciones al freudismo que le sorprendieron y decidió indagar en ellas. Fue prácticamente una instrucción judicial que le llevó a descubrir un Freud muy diferente a la imagen que él tenía desde su adolescencia. Un Freud misógino, falócrata, misógino, belicista, defensor de la necesidad de un "guía" para el pueblo en su correspondencia con Einstein…era la estampa que se ofrecía a él después de haberlo considerado un liberador de la sexualidad. También observa que el "Libro negro" no era una defensa de las teorías comportamentales cognitivas, cuando sólo cuatro de cuarenta practican alguna TCC:

¿De dónde podía venir esa imagen tan deformada? Son los freudomarxistas y mayo del 68 quienes pusieron de moda la estampa de Freud liberador sexual.

Onfray descubre que el “Antilibro negro del psicoanálisis” que salió después del libro negro, en realidad había sido fruto de un coloquio que tuvo lugar cinco meses antes de que saliera el “Libro negro”. Colocaron las intervenciones de ese encuentro más alguna referencia suelta al Libro negro y pareció que era la constestación de los psicoanalistas que se defienden.
El compañero de Onfray en este vídeo es Jean Didier Vincent, neurólogo bordelés. Asegura que él ha hecho el camino inverso a Onfray, mientras muchos de sus colegas se desplazaban mensualmente a París para acudir al psicoanalista y hacerse ellos mismos psicoanalistas, él se resistió durante muchos años al psicoanálisis no le parecía serio. No sé qué grado de seriedad tiene las sesiones de análisis con una chimpancé del Jardin de Plantes parisino, y cuando recomienda ir a ver el orangután que la ha sustituido. Después de mucho resistirse al psicoanálisis vio en él un complemento a la neurología. Lo que une a todos, "psi" y neurólogos es la compasión, las ganas de ayudarse mutuamente. También se refiere a la contaminación psicoanalítica de la filosofía francesa en una época: Guatari, Deleuze, Derrida y todos los que pasaron entonces por la escuela normal superior.

Me parece ver en este Onfray la valentía y el coraje cívico para hacer un uso político de la cultura y del saber. Es cómodo quedarse en la propia biblioteca, leyendo y jugando con las palabras y los textos y de vez en cuando presumir de erudición. Más allá de la polémica este Onfray la da una dimensión social al saber, a la filosofía, al psicoanálisis y la psicología encomiable.

 Al final del vídeo, es un poco largo, más de hora y media, plantea su propuesta positiva. No se trata de vivir en la “negatividad”, siempre atacando los mitos y las leyendas, sino de construir. El mismo piensa en un psicoanálisis postfreudiano. Ha publicado ya un libro donde recoge esas ideas “Apostille au Crépuscule  Pour une psychanalyse non freudienne” (Grasset, 2010). No quiere hacerse psicoanalista porque no quiere pasar por el psicoanálisis, pero se preocupa por el dolor psíquico, las tribulaciones de la gente y lo caro que es pagarse una consulta psi. Las neurosis  y patologías varias no corresponden a universales del inconsciente sino que cada cual reacciona a sus propias aventuras existenciales. Un psicoanálisis personalizado, individualizado, el inconsciente de cada cual es lo que cuenta, no la muerte del padre y el banquete subsiguiente de la horda primitiva, mitos freudianos que Onfray deshecha. Es preciso ayudar concretamente a cada individuo en su propia coyuntura, ayudándole a superar, asimilar, sobrellevar, encajar no el complejo de Edipo, sino sus vivencias dolorosas que generan el malestar. Un psicoanálisis existencial, en la línea iniciada por Sartre cuando comentó algunos escritores como Flaubert o Rimbaud, pero aplicado a la gente.

Son interesantes las intervenciones del público a partir del minuto 40.
No para de meterse en líos. Este de Freud sólo fue una de las muchas polémicas a las que no tiene reparos en plantar cara. Se moja continuamente en política y los bofetones le llegan de procedencias diversas.

lunes, 25 de marzo de 2013

LO REAL Y LO ILUSORIO


Viajar es muy útil, hace trabajar la imaginación. El resto no son sino decepciones y fatigas. Nuestro viaje es por entero imaginario. A eso debe su fuerza. Va de la vida a la muerte. Hombres, animales, ciudades y cosas, todo es imaginado. Es una novela, una simple historia ficticia. Lo dice Littré, que nunca se equivoca. Y además, que todo el mundo puede hacer igual. Basta con cerrar los ojos. Está al otro lado de la vida.

                                                                                                    Louis Fedinand Céline  

 


   En  un condensado texto Julián Marías reflexiona sobre el significado de la palabra ilusión en la lengua español. En él plantea diferentes sentidos del término, extraídos tanto de la tradición filosófica como de la literaria: El término ilusión presenta varios significados, nos dice,  pero el que acaba dominando es el de engaño. En nuestra lengua hay un añadido lingüístico que enriquece el concepto al vincularlo a un sentido positivo: entusiasmo, víspera de gozo (por utilizar la expresión poética de Pedro Salinas).  Hay igualmente una perspectiva de futuro en el sentido de ligarlo a un proyecto, que es lo genuinamente humano. En la anticipación hay siempre una recreación.La ilusión se presenta también como una realización proyectiva del deseo, en la que se presenta una sucesión temporal en la que la ilusión es siempre posterior al deseo. Podríamos definir entonces la ilusión como un deseo con argumento. Siempre hay que tener en cuenta que deseo e ilusión  pertenecen a diferentes planos y que el desenlace de la relación entre ambos puede llevar a la desilusión.  La ilusión también se vive como referida a una ausencia: es una incitación a que se manifieste algo que está ausente y por lo tanto exige como resultado satisfactorio la presencia del objeto. Julián Marías presenta además como ejemplificación de esta proceso la obra de Pedro Calderón de la Barca La vida es sueño, donde los dos términos (vida/sueño) no se presentan como antagónicos, tal cómo lo aparecerían en sus significados más convencionales. Más bien hay que entenderlos como una paradoja  que apunta al enigma de la condición humana. 

jueves, 7 de marzo de 2013

FREUD Y ONFRAY





 Escrito por Luis Roca Jusmet

Voy a intentar contestar de una manera concisa las preguntas que me hace mi amiga Ana a raíz de la polémica que ha desencadenado Michel Onfray con su libro sobre Freud. En el blog tenemos un vídeo en que se le hace al mismo Onfray una entrevista y en el que Ana hace un excelente resumen del libro.
Yo no he leído el libro, por lo que no entro en su crítica. Pero sí en algunas de las cuestiones que comenta Ana y que aparecen en la entrevista. En todo caso he de decir que no comparto el punto de vista de Onfray, porque desmitifica para caer en una mistificación. Esto quiere decir que hacer caer un personaje divinizado ( que está bien) para demonizarlo ( que está mal) mezclando muchas cosas de manera confusa.

miércoles, 6 de marzo de 2013

SOMOS UN CUERPO


Escrito por Luis Roca Jusmet


La discusión sobre si somos o tenemos un cuerpo es muchas veces equívoca. Me gustaría hacer una pequeña aportación para concluir que efectivamente somos un cuerpo. Es decir, que con esta afirmación entendemos mejor nuestra condición que con la contraria, que afirma que tenemos un cuerpo.

martes, 5 de marzo de 2013

LA DÉCADA DE LA CONCIENCIA

Autora del post y traducción del artículo: Ana Azanza

Este artículo es un poco largo, pero me ha llamado mucho la atención, porque significa que las cuestiones centrales del blog interesan hoy a la industria global. No en España, ya veremos si salimos de esta y cómo. Pero desde nuestro rincón de barrio pobre con pretensiones, todavía nos puede quedar algo de "ocio" para interesarnos por esta "industria mundial de la conciencia".

viernes, 1 de marzo de 2013

Lágrima órfica

El 13 de julio de 2009, Angèle Lieby sintió que su dolor de cabeza estallaba en migraña, extraños picores, entumecimientos, trastorno del habla, insuficiencia respiratoria... Se le iba la vida. Un chequeo revela una anomalía en los glóbulos blancos. Los médicos la dejaron en coma terapéutico.

Entonces empezó la pesadilla. Angèle despertó del coma, pero nadie lo supo, no podía mover ningún miembro físico, aunque sí podía jugar con sus representaciones mentales. Como ella misma cuenta: estaba viva atrapada dentro del ataúd de su propio cuerpo. 

Los médicos la consideraron clínicamente muerta y la sometieron a torturas de todo tipo, mientras ella estaba consciente (esa consciencia, ¿no era ella?), con más de una decena de cables y sondas por todo el cuerpo, sintiéndolo todo, un dolor que describe como insoportable, irreal e indescriptible. Le llegaron a pellizcar los pezones para probar que no vivía, que no sentía, cuando sólo era incapaz de reaccionar... Y los médicos propusieron a los familiares la desconexión de las máquinas que alimentaban su cuerpo, aparentemente inerte...

Pero entonces, 25 de julio de 2009, Catty, su hija, tras suplicarle incesantemente que despertase, que volviese, que no se fuera, que sus nietas la necesitaban..., vio que su madre soltaba una lágrima y movía el dedo meñique izquierdo...

Angèle estaba paralizada por una extraña enfermedad: el síndrome de Bickerstaff, pero estaba viva. Poco a poco se fue recuperando y, al fin, en 2010, decidió contar su experiencia: Me salvó una lágrima, libro que se ha convertido en un "best seller" internacional.

Gilles Deleuze

Casualmente, al enterarme de esta noticia, estaba estudiando unas lecciones de Gilles Deleuze sobre Kant (Marzo-Abril 1978). En la tercera, el filósofo francés parte de la interpretación del Cogito cartesiano...
"He aquí que lo que soy está determinado por la determinación "yo pienso"; está determinado como la existencia de una sustancia pensante. A Descartes se le dice que todo eso es muy bonito, pero que no nos prueba que no es el cuerpo quien piensa en nosotros. Un materialista de la época le dice eso. Y Descartes responde, desde que se le hace la objeción, él es muy insolente, dice, usted no ha comprendido nada, yo nunca he pretendido que no es el cuerpo quien piensa en nosotros. Dice exactamente esto: 'lo que pretendo es que el conocimiento que tengo de mi pensamiento no puede depender de cosas que aún no son conocidas'. En otros términos, no se trata de saber si es o no el cuerpo quien piensa en nosotros, se trata de constatar que, en la perspectiva del recorrido cartesiano, la conciencia que tengo de mi pensamiento no puede depender de cosas que aún no son conocidas, a saber, el cuerpo, puesto que la duda lo arrastra también bajo ella".
Me ha acordado de Angèle, la conciencia que tenía de su propia impotencia, de su sufrimiento, de lo que oía y sentía, su sensibilidad íntima, el yo que pensaba en lo que le estaban haciendo, que sufría por su impotencia, no tenía nada que ver con la insuficiencia de mielina en las células del sistema nervioso central que al parecer produce este tipo extraño de parálisis física, ni con la enfermedad cuya base nerviosa desconocía del todo. Pero ella sabía lo que le estaba sucediendo, incluso lo que estaban haciendo con un cuerpo que ya no parecía ser suyo. Sencillamente, tenía un cuerpo que no acataba las órdenes de su yo ejecutivo, una receptividad sensible que carecía de espontaneidad reactiva, y por encima de todo eso, una voluntad de vivir que peleaba por recuperar el movimiento físico y su control.

Llamadle voluntad racionalconatus o espíritu. Lo cierto es que sopla donde quiere. Puede que en una lágrima...