miércoles, 14 de diciembre de 2022

HOMBRE EPIMETEICO

 

 Ana Azanza

Iván Illich (1926-2002) fue un personaje controvertido, al margen de la corriente principal de pensamiento y comentario público, puesto que estaba en favor de la “desescolarización”, enviándonos supuestamente a la mayoría de sus lectores profesores al paro. Nació en Viena y en 1941 fue expulsado por las leyes nazis. Fue sacerdote católico, cursó teología y filosofía en la Universidad Gregoriana. Aunque el Vaticano lo había designado para la carrera diplomática, prefirió desempeñarse como párroco en Nueva York. En 1956 asumió el vice-rectorado de la Universidad Católica de Ponce en Puerto Rico. 

lunes, 5 de diciembre de 2022

ORNITORRINCOS


Impresionante autor que combina erudición máxima, profundidad, pertinencia y sentido del humor. Y al que he descubierto gracias a los vídeos de Ernesto Castro.

La verdadera historia del ornitorrinco forma parte de “Kant y el ornitorrinco”, obra de 1999 en la que Umberto Eco arregla cuentas con todas las objeciones y sugerencias que le llegaron durante 22 años tras su “Tratado de Semiótica general”. En el fondo vuelve a temas que ya están en el Parménides de Platón, lo Uno y lo Múltiple, y por supuesto en Aristóteles, creador de las categorías del Ser. Y es que el ornitorrinco era y es un animal tan extraño que 80 años  de discusiones hicieron falta para su clasificación y definición.

SUEÑO REPARADOR

 

Durmiente, JBL, óleo (detalle)

"¡Dormir! ¿Sabes lo que es eso?"
Antonio José, cinco años

Los asiáticos, con el fin de "lavar el cerebro" de sus prisioneros convirtiéndoles a su causa ideológica, inventaron una tortura nueva: Impedían al torturado que durmiese profundamente y con ello ¡mucho peor! evitaban que soñase. Cada vez que la víctima caía en las profundidades de la fase REM (movimientos rápidos oculares), síntoma de que empezaba en su intimidad mental "el cine de las sábanas blancas" llamado por los psicólogos sueño paradójico(1), le despertaban. El resultado era que a los pocos días el torturado deliraba, soñaba despierto, sus alucinaciones tomaban la intensidad subjetiva de realidades, de verdaderos perceptos... Entonces el insomne resultaba más fácil de "convertir" "reeducar" y manipular.

Los animales también sueñan. Necesitamos soñar, nuestra mente requiere esos estados en que se ocupa, entretiene y desahoga, con un fantástico juego de escenas cuyo simbolismo ha tratado de desentrañar el psicoanálisis, aunque tal vez dichas vivencias sean refractarias a cualquier desmenuzamiento lógico y sus llamadas de atención sólo puedan ser interpretadas activamente por el soñador, tal vez como avisos.