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domingo, 14 de febrero de 2021

LA LOCURA HUMANA

 En ocasiones las clasificaciones históricas que se hacen de los filósofos nos juegan malas pasadas y hacen que nos perdamos lo mejor de sus aportaciones. En principio Bertrand Russell, filósofo analítico, no estaba entre mis lecturas preferidas. Mis tendencias son "continentales" sin remedio. Y sin embargo y aún a pesar de no compartir la crítica que hace este autor  de las religiones cuando las condena a todas como origen de supersticiones y sufrimientos sin cuento, me he llevado una grata sorpresa con su libro de 1954 "Sociedad humana, ética y política".

domingo, 3 de diciembre de 2017

AUTOEXHIBICIÓN Y AUTOPRESENTACIÓN



Ana Azanza


La vida del espíritu de Hannah Arendt se inicia con las conferencias Gifford que pronunció en 1973 en la universidad de Aberdeen. Trata sobre el pensamiento y en ellas se mide con todos los grandes: Kant, Platón, Agustín, Hegel además de inspirarse en poetas antiguos y modernos que le sirven de estímulo e ilustración de sus reflexiones.

viernes, 30 de agosto de 2013

Qué podemos hacer por mejorar nuestra herencia genética


Traducción de la entrevista: Ana Azanza 

 Para ir abriendo boca ante el nuevo curso que se acerca y los nuevos retos que se van a presentar traigo esta entrevista a un científico sobre epigenética y genética.
 

Jörg Blech es un autor de libros de ciencia al alcance de no iniciados, con títulos tan interesantes como "Los inventores de enfermedades" (2005), o "Medicina enferma" (2007). Le hacen una entrevista excelente sobre asuntos tan corporales y cotidianos como los dolores de espalda y sus causas perfectamente evitables: Movimiento, movimiento, movimiento.

Intento remediar a mi ignorancia científica en la que incurriría seguro según los criterios de Michel Serres. No se puede vivir sólo de lecturas  filosóficas. Es preciso salir de la disyuntiva ciencias-letras, o como él dice los “expertos incultos por un lado, y los cultos ignorantes por otro”. Ya lo propuso en su libro “El tercero instruido”:

 “Todo aprendizaje consiste en mestizaje. Extraño y original, mezcla de los genes de su padre y de su madre, un tercero entre los dos, el niño no evoluciona más que por nuevos cruces. Toda pedagogía repite la generación y el nacimiento de un niño: nace zurdo, aprende a escribir con la derecha, sigue siendo zurdo, renace diestro, en la confluencia de los dos sentidos: nace gascón, sigue siéndolo y se hace francés, mestizo de hecho; nace francés, se hace español, italiano, inglés o alemán si aprende esa cultura y esa lengua, conservando la suya propia, y se hace cuarterón, alma y cuerpo mezclados. Su espíritu se parece a un traje de Arlequín. Esto vale para enseñar y para criar los cuerpos.">El mestizo, en el libro “Le tiers instruit” se llama el tercero instruido. Científico por naturaleza entra en la cultura porque la ciencia se encuentra hoy con las cuestiones que por sí sola no puede prever del dolor y del mal. Basta saber dos cosas: hay razón exacta y hay males injustos; se sigue por tanto la libertad de invención, de pensamiento. Esto vale para la conducta y para la sabiduría, para la educación. Es y pretende casarse con la alteridad más extraña, quiere renacer mestiza. Ama al otro que engendra en ti, una tercera persona, el espíritu.”

La entrevista es un intento de caminar hacia el tercero instruido.

martes, 17 de julio de 2012

Talentos diversos (resiliencia y pedagogía)

Inteligencias múltiples de Gardner
En este blog ya me referí en general a la resiliencia. Pero hete aquí que el término también se emplea en pedagogía con un sentido más específico. Alumnos "resilientes" son aquellos que, proveniendo de entornos socioeconómicos desfavorecidos (pobres, miembros de familias desestructuradas, hijos de inmigrantes con baja competencia lingüística...) obtienen buenos resultados escolares y no repiten en la secundaria.

Los defensores de la Logse y del modelo "comprehensivo" de enseñanza afirman que no todo es desastre y fracaso escolar en la educación española. Parece ser que España es uno de los países con mayor número de alumnos resilientes. Luego su sistema es bastante equitativo. La estadística dice que suele ser alumnado autóctono, más bien niñas que niños, y que el hecho suele suceder en centros privados más que en públicos, lo cual parece contradecir el argumento de que los centros privados y concertados obtienen mejores resultados sólo porque escolarizan a un alumnado de un nivel socioeconómico más alto.

La característica más sobresaliente del alumnado resiliente es su afición a la lectura. No leen sólo por obligación, sino por gusto. Evidentemente, la heterogeneidad de las aulas favorece al alumnado de nivel socioeconómico bajo o muy bajo. Pasaba en la mili cuando era obligatoria. Las personas que llegaban a ella con estudios superiores tenían la sensación de estar perdiendo el tiempo; las que llegaban a ella con niveles bajos de conocimientos y estudios podían aprender a leer y a escribir, sacarse el carnet de conducir, o ganar "mundología" conviviendo con otras mentalidades diversas y más cultivadas...

Muchos pedagogos defensores de la heterogeneidad abrumadora que fomentó la Logse se niegan por principio a reconocer -sin duda resulta vergonzoso o doloroso hacerlo- que el beneficio de los que padecen retraso educativo causa perjuicios al resto, pues el tiempo que el profesor dedica a unos no puede dedicarlo a otros, ni tiene el don de la ubicuidad. El problema de la heterogeneidad es que si no queremos que la equidad resulte incompatible con la promoción de la excelencia y su reconocimiento, hemos de asignar importantísimos recursos económicos y personales para hacer posible una enseñanza personalizada. Y no me refiero sólo a recursos materiales, ordenadores y pizarras digitales, sino sobre todo a profesionales: profesores de refuerzo, de apoyo, pedogogos terapeutas, logopedas, educadores sociales; más imprescindible reducción de la ratio, formación continua del profesorado, etc. Donde las desigualdades se incrementan, también tendrían que incrementarse dichos recursos, si queremos compensar sin perjudicar a los académicamente mejores.

Un método en el que podríamos insistir sin excesivo coste es el fomento del placer de la lectura, tanto en las aulas como fuera de ellas.

El fenómeno de la resiliencia tiene la virtud de probar que nadie está determinado a ser ignorante porque sus padres o su entorno lo sea. Los estudios siguen ofreciendo una oportunidad de promoción personal y ascenso social, aunque el éxito académico no garantice esto último tan seguramente como sucedía en el pasado.

En relación con todo esto, me interesa insistir particularmente en el error de muchas personas -y de demasiados profesionales de la educación- acerca de la naturaleza de la inteligencia. Piensan equivocadamente que nacemos con un número fijo de "talentos", como una especie de maldición o bendición heredadas.

Pero, ¿qué es la inteligencia? Nadie lo sabe. He conocido a compañeros míos que, nulos para las matemáticas, se convirtieron en excelentes músicos o competentes empresarios. A otro que, fantástico en física, resultó un desastre en sus relaciones sociales, tanto públicas como privadas. El psicólogo Howard Gardner desarrolló una teoría de las "inteligencias múltiples", que son muchas más de dos. El cuadro de Gardner no creo que agote los tipos. Desgraciadamente, nuestro sistema académico entroniza sólo dos: la lógico-matemática y la lógico-lingüística, las cuales sin duda son relevantes, importantísimas, pero con ello se niegan otros tipos de inteligencia. Los chicos o chicas sin duda poseen aptitudes que la escuela actual -cuyo anticuado modelo es la producción estandarizada, industrial- no desarrolla, porque simplemente las desconoce, inhibe o desdeña. Este es uno de los tópicos que ejemplifica muy bien El Elemento de Ken Robinson (v. Bibliografía).


Desde luego, la inteligencia humana contiene mucho más que palabras y números. Pronto acusamos de hiperactividad a muchos estudiantes que sólo se sienten interesados cuando usan su cuerpo, entonces les recetamos drogas para que se tranquilicen. Los hemos bombardeado desde chicos con billones de estímulos mediáticos, y ellos se han acostumbrado a dispersar su atención en función de la intensidad o naturaleza de esos estímulos externos. Pero nos sorprendemos porque se aburren en la escuela cuando les pedimos que concentren su atención en algo que carece de atractivo alimenticio, de connotaciones seductoras o sexuales, de ritmo pegadizo o colores supersaturados...


Las personas modifican su inteligencia y el modo en que la aplican según  su entorno y según sus intereses y necesidades. Los test miden cierto tipo de inteligencia pero no toda la inteligencia. Se puede hablar de estilos personalizados de inteligencia, porque es diversa, polifacética, dinámica, y está viva. Por eso corre el riesgo de atrofiarse si no se la alimenta, y se despliega como la cola de un pavo real si halla su "elemento", aquello que la emociona. Puede dejarse ver en cosas que nada o poco tienen que ver con los números o las palabras, ¡y no sólo me refiero al fútbol! Es peculiar en cada persona, flexible y, por supuesto, más flexible aún en un adolescente.


El necesario, vocacional idealismo del buen maestro, del profesor excelente, y en todos los centros los hay, consiste en la capacidad para ver a las personas como podrían ser si no fueran como son. El maestro no sólo debe contagiar buenos hábitos, como el gusto por la lectura, sino también ayudar a desaprender los malos, y esto resulta trabajoso en una sociedad plagada de "niños malcriados" por el incesante halago de los Media, con la complicidad o el abandono de los padres.


Bibliografía
Feito Alonso, Rafael. "¿Educación de excelencia antes de la Universidad?". Cuadernos de Pedagogía, jul-ag- 2012, nº 425, pg. 80ss.
Robinson, Ken & Aronica, Lou. El Elemento, Mondadori, Barcelona, 2009.
Zancajo, Adrián & al. "Desigualdad social y resiliencia académica". Cuadernos de Pedagogía, nº 425, jul-ag., 2012.





domingo, 11 de marzo de 2012

Telepatía

Como Roberto Carlos, también creo en la telepatía:
Que cosa linda que me vuelvas a llamar
Necesitaba oír tu voz y conversar
Que coincidencia cuando más pensaba en ti
Telepatía
Creo que el cerebro, la mente, el espíritu humano, emite algún tipo de señal a larga distancia o, tal vez, al margen de toda distancia, en sintonía o sincronía inespacial.

En los espacios cortos, eso tiene también que ver con el poder de la mirada, aún si ésta no es captada como tal mirada por nuestra conciencia. La mirada de los demás nos afecta. Es conocido el fenómeno de la "angustia de auditorio". Incluso si uno lleva años dando conferencias o actuando en un escenario, nadie es inmune al efecto de la mirada de los demás. Esto se ha probado con otros primates. Se les han colocado electrodos y se ha comprobado cómo su actividad electronerviosa cambia cuando se les mira, aunque ellos no sepan que se les mira.