lunes, 26 de febrero de 2024

EXTRAÑOS BUCLES ANIMADOS

 

Puede ser arte



Hijo de un premio Nobel ("de casta le viene al galgo"), Douglas Hofstadter es un científico que saltó a la escena internacional con su obra Gödel, Escher, Bach. Un eterno y grácil bucle (1979, premio Pulitzer). En Yo soy un extraño bucle explora el complejo concepto del Yo (alma, identidad personal), es decir, el misterioso secreto de nuestra consciencia, desde un punto de vista científico, o sea, desde el "saber probado". Desde un bagaje multidisciplinar, ambiciona investigar cómo es posible que lo que la tradición llama "alma" pueda surgir de la materia inerte. El hecho es que desde la sopa de partículas, ascendemos a una selva de neuronas y glías, y desde ellas, a una red de abstracciones y símbolos por medio del lenguaje. El más complejo y trascendental de los símbolos es el Yo, que los anglosajones, tan individualistas ellos, escriben siempre con mayúscula: I, y que Hofstadter piensa como un extraño bucle de realimentación y autorreferencia, capaz de tomar las riendas sobre el cuerpo y ejercer una causalidad espontánea sobre el mundo, a la que llamamos impropiamente "libre albedrío", noción esta que Hofstadter, al final de su libro, rechaza, al suponer que el movimiento de la carne ("no es la carne, es su movimiento", la danza de los síbolos dentro del cráneo) está siempre motivado por un conjunto de deseos, siendo así que nuestro comportamiento depende y está determinado por el deseo más fuerte, es decir, Hofstadter afirma que nuestro arbitrio no es libre.