lunes, 23 de agosto de 2021

VER Y SER VISTO


Ojos de libélula, agosto 2021.


Para Teilhard de Chardin, el gran científico y teólogo, la vida consiste esencialmente en ver. Atender, mirar la luz, y esa visión interior que es la conciencia. Yo añadiría que existir significa también ser visto. Platón llamó al hombre el animal remirado. 

El mundo viviente parece apuntar a la elaboración de unos ojos cada vez más perfectos en un Cosmos en el que se puede discernir cada vez más claramente. Lo dijo el evangelista Juan: Dios es luz. La perfección de un animal –se preguntaba el paleontólogo jesuita-, ¿no se mide por la penetración y por el poder sintético de su mirada? Tratar de ver más y mejor no es por lo tanto un lujo de la evolución. Ver o perecer. Tal es la situación impuesta por el don misterioso de la existencia. Y tal es, a una escala superior, la condición humana (cfr. El fenómeno humano, 1974).