La OMS calcula en el mundo más de 450 millones de personas que sufren transtornos mentales. El alma humana está hecha de un tejido muy delicado.
Los enemigos del alma siguen siendo, por supuesto, "el mundo, el demonio y la carne". Entendamos por "carne" el desarreglo de las pasiones o el desequilibrio de las emociones -y no el sexo, como interpretaron los puritanos-, e interpretemos por "demonio" el diablo de la discordia, de la envidia, de los celos, del deseo de dominio, que se introduce en el mismísimo corazón de los hogares, donde la armonía debería ser más fácil a causa de los lazos afectivos y la comunidad de intereses. Por último, interpretemos por "mundo" ese infierno de atascos y prisas, de competencia salvaje y solidaridad hipócrita, de consumos inútiles y espectáculos ruidosos, tecnotontería, cables y autovías, a que nos ha llevado el denominado "progreso".
Los enemigos de la mente también "progresan" y se multiplican, y son diez, según un reciente Dossier de Muy Interesante (junio 2011, nº 361, pgs 56-57): la depresión, la ansiedad, el alcoholismo, los desórdenes alimentarios, el transtorno obsesivo compulsivo (TOC), las alteraciones de personalidad, el déficit de atención, el síndrome bipolar, la esquizofrenia y la demencia senil (particularmente la que provoca el alzhéimer).
Somos efecto de predisposiciones genéticas e impactos del medio ambiente, ¡pero también somos el efecto de nuestras decisiones! ¿O no puede el espíritu humano luchar contra la locura? Vivir en medio de la vorágine de una gran ciudad o en un pueblo tranquilo puede ser resultado de una decisión personal. Arreglarse con poco o ambicionarlo todo puede ser el efecto activo de una filosofía de vida adoptada voluntariamente. Por supuesto, no podemos conseguirlo todo. Vivir en una gran ciudad tiene muchas ventajas, aunque está demostrado que el porcentaje de urbanitas que sufren enfermedades mentales es superior al porcentaje de aldeanos.
Y vamos a peor, los transtornos mentales suponen hoy un 12,5% de las enfermedades del planeta, pero en la próxima década alcanzarán el 14%. Un 7% de los europeos toma psicofármacos y un 3% recibe psicoterapia. En España hay 400.000 esquizofrénicos, 800.000 bipolares y se estima que entre el 3 y el 7% de los niños sufre hiperactividad y déficit de atención (TDAH).
Una de las causas más conocidas de la enfermedad mental es el maltrato o el abuso sexual durante la infancia. Aunque tengamos cierta prediposición innata a la enfermedad mental, es obvio que el entorno, desde el vientre materno, es capaz de enfermarnos o mantenernos sanos. Los malos tratos son particularmente nefastos durante la fase crítica del desarrollo del cerebro, porque provocan un aumento de los niveles de cortisol, la hormona del estrés. Cuando la situación es prolongada, el exceso de esta hormona causa lesiones en el hipocampo y la amígdala, zonas encefálicas asociadas al control (o descontrol) de los impulsos.
Las costumbres, particularmente las malas costumbres..., ¿qué papel tienen en el desarrollo de enfermedades mentales?, ¿cómo se relaciona la moral y la locura? Es sabido que la ingesta recreativa de drogas, y su mezcla, está causando estragos en la salud mental de nuestros jóvenes. La subcultura de la litrona no sólo causará estragos en los hígados, sino también en los cerebros. El círculo vicioso se cierra porque a los primeros síntomas de transtornos de comportamiento, la sociedad reaccionará proporcionando nuevas drogas... Hasta que todos necesitemos una pastilla para ponernos a funcionar -como en la canción de Martirio-, como en la triste distopía de Huxley.
"Las enfermedades no son prueba de la maldad, la incompetencia, la perversidad o la patología individual, sino de reacciones humanas a la desintegración cultural" Lawrence K. Frank, La sociedad como paciente, 1948.
Es verdad, la ternura protege del estrés, pero la prisa mata la ternura. La seguridad que da el sentido de pertenencia a una comunidad, cuyos símbolos y ritos resultan reconocibles, también protege del desquiciamiento, pero el individualismo posesivo y el nihilismo destruyen por doquier los viejos rituales. La autoridad de los padres puede ofrecer un catálogo de normas claras y de merecidas sanciones al niño bien criado, pero por doquier los hijos son abandonados delante de payasos halagadores y predicadores de la anomia o el libertinaje. Si se pregunta en nuestros centros educativos a nuestros adolescentes qué prefieren, más libertad o más seguridad, nos encontraremos con sorpresas. La mayoría añoran normas claras, que se cumplan, y graves sanciones para quiénes las transgreden.
José Giner, catedrático de psiquiatría de la universidad de Sevilla ha señalado cómo el aumento de transtornos de control de impulsos en nuestros jóvenes se debe "al sistema educativo y cultural tan permisivo que tenemos, en el que se le recuerda al adolescente cuáles son sus derechos, pero no cuáles son sus deberes" ("¿Un mundo de locos?", Laura González de Rivera, Muy Interesante, nº 361, pg. 53).
El mundo que hemos creado no parece hacerlos más felices. En 1990, la depresión afectaba ya a un 9% de los niños españoles de 9 a 10 años. Y para la OMS uno de cada cuatro suicidas tiene menos de 25.
El abuso de los monitores, amparado por las autoridades políticas y sumos sacerdotes "educativos" de las TICs, la obsesión por ese mundo bidimensional de los bideojuegos, la inmersión sin anticuerpos en esa virtualidad violenta, banal, inodora e insípida, donde uno puede ver pornografía gratis a cualquier hora, aprender a construir bombas lapa, exhibir las hostias que le da a la compañera y twentear con un perfecto desconocido..., ¿qué responsabilidad tiene ese sucedáneo de auténticas relaciones en el desamueblamiento de las seseras juveniles y en sus dificultades de concentración, atención y cuidado?
Estoy de acuerdo en que vivimos en un mundo demasiado loco y hostil, donde, como bien dices, no hay tiempo para la ternura, que tantas heridas cura...No obstante, quizá estemos viendo enfermedades donde no las hay. Intentamos etiquetar, encasillar y "medicar" comportamientos que no son aceptados por las reglas societales generando así, más angustia y malestar...dejo un par de enlaces para quien le interese:
ResponderEliminarhttp://es.cchr.org/
http://www.wikio.es/video/etiquetas-psiquiatricas-trastornos-inventados-5019861