martes, 26 de marzo de 2013

Siguiendo con la polémica Freud


Autora: Ana Azanza 











Sin enmendar la plana a Luis, sabes bastante psicología y psicoanálisis que yo desconozco y tu última contribución al tema es muy ilustrativa, comparto esta presentación que hizo Onfray en Burdeos en 2010. Me quedó claro que ni la psicología ni el psicoanálisis son ciencias en el sentido duro del término. Me parece que como filósofos formados en una determinada época y universidad, a lo mejor tenemos un alto concepto de lo que sea una ciencia y de su poder un tanto exagerado. Hay saberes no científicos, difícilmente sustentables en evidencias racionales matemáticamente formulables, que son muy necesarios.

Las terapias psicológicas pertenecerían a ese grupo de saberes. Se puedo objetar que es muy fácil el fraude, si no hay una evidencia racionalmente demostrable de resultados. Quizás sea esa realidad de un psicoanálisis mitificado con todo un “star system”, personas que viven de ello, lo que Onfray ha descubierto con su libro. En este vídeo asegura que el propio Freud reconoce los antecedentes de su creación como Janet y Breuer, pero que fueron sus incondicionales los que llevaron a arrogarse el título de “creador ex novo”.

También me gusta de esta intervención la defensa que hace Onfray de sí mismo como un “obrero” de la filosofía, que lee y escribe ocho horas diarias, sin domingos ni vacaciones. Su punto de referencia es la clase obrera a la que pertenece, su padre y su hermano han trabajado y trabajan ocho horas al día, y cuando se dedica tiempo e intensidad cunde. Sino es difícil explicar la cantidad de libros que lleva publicados “el filósofo de Argentan”. Los que se opusieron en los medios de comunicación a su libro sobre Freud lo tacharon de “odiador”, nazi, fascista…Pero Onfray se defiende y da a conocer que lo mismo dijeron de los 40 desconocidos autores del “Libro negro del psicoanálisis”. El mismo no había leído ese libro, lo tenía en su biblioteca y sólo lo abrió para prepararse las conferencias que da semanalmente en la universidad popular. En el libro negro descubrió acusaciones al freudismo que le sorprendieron y decidió indagar en ellas. Fue prácticamente una instrucción judicial que le llevó a descubrir un Freud muy diferente a la imagen que él tenía desde su adolescencia. Un Freud misógino, falócrata, misógino, belicista, defensor de la necesidad de un "guía" para el pueblo en su correspondencia con Einstein…era la estampa que se ofrecía a él después de haberlo considerado un liberador de la sexualidad. También observa que el "Libro negro" no era una defensa de las teorías comportamentales cognitivas, cuando sólo cuatro de cuarenta practican alguna TCC:

¿De dónde podía venir esa imagen tan deformada? Son los freudomarxistas y mayo del 68 quienes pusieron de moda la estampa de Freud liberador sexual.

Onfray descubre que el “Antilibro negro del psicoanálisis” que salió después del libro negro, en realidad había sido fruto de un coloquio que tuvo lugar cinco meses antes de que saliera el “Libro negro”. Colocaron las intervenciones de ese encuentro más alguna referencia suelta al Libro negro y pareció que era la constestación de los psicoanalistas que se defienden.
El compañero de Onfray en este vídeo es Jean Didier Vincent, neurólogo bordelés. Asegura que él ha hecho el camino inverso a Onfray, mientras muchos de sus colegas se desplazaban mensualmente a París para acudir al psicoanalista y hacerse ellos mismos psicoanalistas, él se resistió durante muchos años al psicoanálisis no le parecía serio. No sé qué grado de seriedad tiene las sesiones de análisis con una chimpancé del Jardin de Plantes parisino, y cuando recomienda ir a ver el orangután que la ha sustituido. Después de mucho resistirse al psicoanálisis vio en él un complemento a la neurología. Lo que une a todos, "psi" y neurólogos es la compasión, las ganas de ayudarse mutuamente. También se refiere a la contaminación psicoanalítica de la filosofía francesa en una época: Guatari, Deleuze, Derrida y todos los que pasaron entonces por la escuela normal superior.

Me parece ver en este Onfray la valentía y el coraje cívico para hacer un uso político de la cultura y del saber. Es cómodo quedarse en la propia biblioteca, leyendo y jugando con las palabras y los textos y de vez en cuando presumir de erudición. Más allá de la polémica este Onfray la da una dimensión social al saber, a la filosofía, al psicoanálisis y la psicología encomiable.

 Al final del vídeo, es un poco largo, más de hora y media, plantea su propuesta positiva. No se trata de vivir en la “negatividad”, siempre atacando los mitos y las leyendas, sino de construir. El mismo piensa en un psicoanálisis postfreudiano. Ha publicado ya un libro donde recoge esas ideas “Apostille au Crépuscule  Pour une psychanalyse non freudienne” (Grasset, 2010). No quiere hacerse psicoanalista porque no quiere pasar por el psicoanálisis, pero se preocupa por el dolor psíquico, las tribulaciones de la gente y lo caro que es pagarse una consulta psi. Las neurosis  y patologías varias no corresponden a universales del inconsciente sino que cada cual reacciona a sus propias aventuras existenciales. Un psicoanálisis personalizado, individualizado, el inconsciente de cada cual es lo que cuenta, no la muerte del padre y el banquete subsiguiente de la horda primitiva, mitos freudianos que Onfray deshecha. Es preciso ayudar concretamente a cada individuo en su propia coyuntura, ayudándole a superar, asimilar, sobrellevar, encajar no el complejo de Edipo, sino sus vivencias dolorosas que generan el malestar. Un psicoanálisis existencial, en la línea iniciada por Sartre cuando comentó algunos escritores como Flaubert o Rimbaud, pero aplicado a la gente.

Son interesantes las intervenciones del público a partir del minuto 40.
No para de meterse en líos. Este de Freud sólo fue una de las muchas polémicas a las que no tiene reparos en plantar cara. Se moja continuamente en política y los bofetones le llegan de procedencias diversas.

2 comentarios:

  1. Esta bien lo que dices, Ana. Tu elogio a Onfary es sincero y se basa en un conocimiento y una simpatía hacia él que argumentas bien.
    Respecto a Freud volvemos a lo de siempre, Freud era un patriarca liberal conservador y no prtendía otra cosa, Pero su ética d ela verdad debería ser seguida por la gente honesta, incluso de izquierdas. Era muy escéptico respecto a las posibiloidades de una sociedad emnancipada. pero los adjetivos que señalas me parecen fuera de lugar. Defender un guía, la necesidad de un líder carismático me parece que es un patrimonio casi común. Freud no tiene nada que ver ni con el freudomarxismo ni con lo que representó Mayo del 68. De todas maneras luchó por una moral sexual menos represiva que la que existía en su época.
    Un abrazo

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  2. Haces muy bien, Ana, en llamar la atención sobre la honestidad crítica de Onfray... Gracias por tu trabajo.
    Bueno, si son autores humanos, es imposible que existieran o pensaran sin contradicciones. Freud tuvo el valor de no mirar para otro lado en una sociedad puritana, afrontando el importante papel que juega la insatisfacción sexual en los transtornos mentales. Su psicología lo es de la neurosis, no del equilibrio, no se fija en la salud, sino en lo patológico, de ahí algunas de sus más importantes limitaciones. Conceptos como el de sublimación, incluso el de represión, admiten sentidos positivos en una economía del deseo razonable. Puede que, como nos enseñó Marcuse, lo que reprimamos hoy no sea el sexo, sino su sublimación creadora o su expresión sublime. Y puede que la contención sea una condición de universalización benevolente.

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