jueves, 14 de febrero de 2013

¿ INTELIGENCIA EMOCIONAL Y AUTOESTIMA ? NO, GRACIAS


Escrito por Luis Roca Jusmet
 
 El término autoestima no me gusta. Autoestima quiere decir quererse. ¿ Quién se quiere y quién no se quiere ? Es difícil de decir, a veces la autocompasión es una forma de quererse... En todo caso podría significar querer la imagen propia con lo cual nos remite al peligroso mundo del narcisismo. Sociólogos brillantes como Richard Sennett ya nos han advertido de su naturaleza destructiva

 
  


 Al margen de que si consideramos la autoestima como un valor nos equivocamos : tan nefasto puede ser el defecto como el exceso, que llevaría a la arrogancia, la soberbia y la vanidad. Prefiero hablar de respeto y de reconocimiento, que es una posición ética con respecto a uno mismo y con respecto al otro.


  Si pasamos a la inteligencia emocional continuo manteniéndome crítico. veamos su procedencia.. Martin Gardner planteó hace años la noción de las inteligencias múltiples. la idea no estaba mal porque cuestionaba un concepto monolítico y cuantitativo de la  inteligencia. Pero luego se convirtió en un nuevo dogma y una nueva escolástica. Hablaba de la inteligencia intrapersonal y la interpersonal, es decir de la capacidad de entenderse a sí mismo y a los otros. Aquí entraba también la empatía. Sobre esta base elaboró Daniel Goleman su noción de inteligencia emocional.  Pero Goleman planteó que la falta de inteligencia emocional era lo que conducía a personas brillantes intelectualmente al fracaso personal. La inteligencia emocional significa entender la propia emociones, la de los otros, ser empático, controlar las propias emociones y tomar las decisiones correctas. El ideal es el del control. ¿ no nos advirtió ya Foucault que estamos pasando de la sociedad disciplinaria a ala sociedad del control ? Uno se  evalúa a sí mismo marcándose un plan y unos objetivos. Es una cuestión también de cálculo. Lo que se nos plantea es la adecuación con un Ideal, que ya no es religioso, que ya es terapéutico. Y como dice la psicología humanista ya no somos pacientes, somos clientes. Todo se mercantiliza. hasta la filosofía, que se vende como asesoría personal. la terapia cognitivo-conductual, como han denunciado psicólogos críticos como Ian Parker, venden un modelo a imitar.

 Me parece que se están contundiendo muchas cosas. Se está trivializando y degradando lo que tradicionalmente se llamaba el trabajo sobre uno mismo. Son los ejercicios espirituales de la Antiguedad que recuperan filósofos contemporáneos como Michel Foucault o Pierre Hadot. Recuperar para aprender, no para repetir ni para imitar. El psicoanáliss lacaniano también lo ha entendido bien cuando habla de que es el Yo el que debe ceder al Ello. El Yo son siempre modelos, identificaciones, modelos imaginarios o simbólicos, imagen o normas. Pero el Ello es algo más singular, más propio, es nuestra singularidad que hay que desarrollar. Que hay que construir con los materiales que surgen de nuestra propia experiencia, no del Ideal del Otro. Este Ideal del Otro es el de la sociedad liberal avanzada. Los últimos seminarios de Michel Foucualt, como decía antes. empezaron a tratar el tema. psi´cologos y sociólogos críticos británicos, el más importante de los cuales es Nicolás Rose, lo han desarrollado.  Se trata de pasar de lo público a lo privado. Entende la propia vida como una empresa, como una gestión de recursos intelectuales y emocionales. Este es el modelo de la inteligencia emocional : ser un buen empresario de sí mismo, gestionar bien las emociones, calcular bien las inversiones emocionales, rentabilizarlas bien. Tener autoestima, es decir desarrollar una imagen de nosotros mismos acorde con este Ideal. Se competente socialmente, emocionalmente, linguísticamente. Adaptarse, esta es la palabra clave. Y quien no lo hace que acuda a la psicología o de la faramacología. Todos somos clientes y consumidores potenciales este gran mercado, que empezó a desarrollarse en Gran Bretaña y en USA paralelamente a los gobiernos de Tatcher y de Reagan : abajo el Estado paternalista, que cada cual se responsabilice de sí mismo.
 Observemos como este lenguaje se va introduciendo en las empresas y en las instituciones. Como es el lenguaje en el que se est'an adiestrando todos los gestores de esta sociedad liberal avanzada.

 

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