Traducción de la entrevista: Ana Azanza
Para ir abriendo boca ante el nuevo curso que se acerca y los nuevos retos que se van a presentar traigo esta entrevista a un científico sobre epigenética y genética.
Para ir abriendo boca ante el nuevo curso que se acerca y los nuevos retos que se van a presentar traigo esta entrevista a un científico sobre epigenética y genética.
Jörg Blech es un autor de libros de ciencia al alcance de no
iniciados, con títulos tan interesantes como "Los inventores de enfermedades" (2005), o "Medicina enferma" (2007). Le hacen una entrevista excelente sobre asuntos tan corporales y cotidianos como los dolores de espalda y sus causas perfectamente evitables: Movimiento, movimiento, movimiento.
Intento remediar a mi ignorancia científica en la que incurriría
seguro según los criterios de Michel Serres. No se puede vivir sólo de
lecturas filosóficas. Es preciso salir
de la disyuntiva ciencias-letras, o como él dice los “expertos incultos por un
lado, y los cultos ignorantes por otro”. Ya lo propuso en su libro “El tercero
instruido”:
Jörg Blech asegura que los genes no son el destino. Y que su
poder está sobrevalorado. Que son más importantes las influencias del medio que
nos rodea, no hay un destino genético codificado. Habla tanto del cuerpo, como
del espíritu, tanto de la reflexión como del ejercicio físico. Todo tiene su
parte en la formación y el mantenimiento del equilibrio humano.
The European:
Escribe en su libro „Gene sind kein Schiksal“, que la actividad corporal, pero
también las relaciones humanas deciden la herencia. ¿Quiere decir eso que teniendo
muchos amigos y haciendo deporte de forma regular puede uno convertirse en
otra persona?
Jörg Blech: Casi.
La persona que lleva una niñez despreocupada está más a salvo del “estrés”. El
ejercicio físico tiene como efecto que en el hipocampo se originan nuevas
células nerviosas. Este efecto fisiológico se corresponde con un efecto
farmacológico: mentalmente estamos mejor, en general estamos mejor. Hay
estudios que muestran que a las personas con depresiones leves se les puede
recetar caminar rápido o hacer deporte
durante 30 minutos en lugar de pastillas. Y lo más fascinante es que
este efecto será transmitido en los llamados caracteres epigenéticos. Esto
significa concretamente que hay capas de la herencia genética que funcionan
como vínculo entre el mundo exterior y el interior. Las vivencias de la
infancia y las situaciones estresantes accionan esas capas e influyen en que
determinados genes se “accionen” o se “apaguen”.
The European: Esto
suena como si las experiencias pudieran ser transmitidas en herencia. En el
siglo XIX el agrónomo Lyssenko se hizo famoso por sus experimentos con plantas
que lo habrían probado. Pero hoy en día es
científicamente insostenible.
Jörg Blech Lysenko está
justamente desacreditado Cuando en mi libro hablo de de herencia epigenética,
me refiero a las células del cuerpo y no a los gametos. La manera en qué
vivimos deja huellas en nuestro patrimonio genético. La forma de vivir que
llevo determina en qué medida mis genes se desarrollan o no. Eso afecta a las
células de mi cuerpo. Pero esas huellas no se dejan en herencia a la siguiente
generación.
The European: ¿Está
superado el darwinismo clásico?
Jörg Blech No, todavía no.
La epigenética se basa en la genética y no está en contradicción con la
doctrina de la evolución. La epigenética es el mecanismo peculiar según el cual
las células pueden reaccionar rápidamente al mundo entorno. Se piensa que
algunas características epigenéticas se han conservado por ese motivo en la
evolución.
The European Sarrazin
afirma que la inteligencia es hereditaria en un 50% u 80%, ¿está ud. de acuerdo
con esta afirmación?
Jörg Blech El sr. Sarrazin
lo ha entendido a veces de manera equivocada, como si por ejemplo cuando se
dice que una persona sabe 100 palabras en total, 80 las sabe por sus genes.
Pero no es eso lo que afirma la investigación. En la investigación no se trata
de la inteligencia absoluta de un individuo sino de las diferencias en la
inteligencia entre diferentes personas. Se puede decir que más o menos el 50%
de las diferencias mensurables están condicionadas genéticamente. Esto
significa concretamente: cuando se acude a una escuela de élite –y se puede
inferir de ahí que todos los alumnos viven en las mismas condiciones de vida- y
se aprecian diferencias de rendimiento, entonces se puede inferir que los genes
tienen un papel en esas diferencias. Pero cuando se investiga en niños que viven en condiciones difíciles,
entonces se ve que las diferencias en la inteligencia no tienen que ver con los
genes, sino con las condiciones de vida. Los niños que viven en condiciones
difíciles tienen menos estímulos ambientales para poder desarrollar el
potencial de sus cerebros. Se pueden ver diferencias comparando los
coeficientes intelectuales de los niños de escuelas de lugares conflictivos y
las escuelas de élite. Pero esas diferencias hay que atribuirlas cien por cien
a las diferencias del entorno y no a los genes.
The European: ¿Cómo
reaccionarían los niños a exigencias sistemáticas?
Jörg Blech: se sabe que de
media, la inteligencia es bastante más “formable” que lo que se pensaba. Las
personas necesitan un input, sólo así pueden desarrollarse bien sus células
nerviosas. Esto no sólo tiene que ver con las características epigenéticas sino
también con las conexiones entre las neuronas para el proceso de aprendizaje.
Esto conlleva que un niño prospera en un buen entorno. La media del cociente
intelectual en el mundo occidental ha subido ostensiblemente en el pasado, casi
tres puntos del Cociente intelectual por década.
The European: Los
especialistas de las llamadas “ciencias del espíritu” se muestran críticos con
la epigenética. Dicen que la epigenética es una especie de unión entre la
naturaleza y sus ciencias.
Jörg Blech: La unión de
las dos culturas en una tercera es la consecuencia del progreso de la Biología molecular. Se
han reconocido marcadores químicos en el patrimonio hereditario cuyo papel no
se había entendido hasta ahora. Por ello se ha descubierto el nexo de conexión entre
el mundo exterior y el mundo interior. Antes se pensaba siempre en términos de
dos mundos: por un lado los genes y por otro la cultura. Esta imagen está
superada, porque la cultura influye sobre los genes y puede influenciar su modo
de funcionar.
The European: ¿Le atrae la
idea nietzscheana del “hombre nuevo” como un individuo que se autodetermina?
Jörg Blech: Para mí no
tiene que ver con la cuestión de la atracción. Más bien se trata de fundamentar
lo que se sigue de las ciencias de la naturaleza, aunque la naturaleza nos pone
un marco, el hombre puede cambiar muchas cosas dentro de ese marco. Los genes
no son ningún destino.
The European: ¿Cuánta
responsabilidad tengo por mi salud y mi inteligencia?
Jörg Blech: Es difícil dar
un número absoluto, pero diría que tenemos una gran influencia sobre ellas.
Antes se decía que los genes determinaban la mayoría de las cosas, así lo
expresaban los médicos: “Si quiere ud. llegar a viejo, cuide de sus padres”.
Esta forma de ver basada en la genética está superada. Los estudios muestran
que no fumar, una alimentación saludable, y la práctica regular de ejercicio pueden
alargar la vida hasta 14 años. Los estudios sobre niños adoptados muestran que
el coeficiente intelectual del niño sube hasta 12 puntos cuando llega a una
familia en la que se valora la educación.
The European: ¿Se derivan
de todo esto exigencias concretas de tipo político?
No hay comentarios:
Publicar un comentario