lunes, 26 de agosto de 2013

MATERIA Y ESPIRITU EN LA ERA DE LA GLOBALIZACION

Autora: Ana Azanza 

Recupero esta conferencia magistral de Luc Ferry. Fue ministro de Educación, muy poco tiempo, y es un republicano de derechas. Esta adscripción también me agrada particularmente porque entre nosotros "republicano" y "de derechas" parecen dos términos irreconciliables. La república la vemos prácticamente como idéntico a revolución. Nos han educado de esa forma, y es fruto de una larga historia de la que he escrito en otros lugares.
Me agrada especialmente escucharle porque es un hombre comprometido con los valores republicanos que entiendo significan nada más y nada menos que el ejercicio de la responsabilidad con respecto a los asuntos de interés común en un país.

Por otra parte resulta ameno y utiliza un lenguaje sencillo, lleno de expresiones típicas que le dan mucho color a la exposición. Habiendo sido un autor que ha pasado por la Escuela Normal Superior, el nido de formación de la alta intelectualidad, tiene mérito, al menos yo se lo veo, el hecho de que sea capaz de ponerse al nivel del común de los mortales. Todo ello después de haber hechos sus correspondientes sacrificios en forma de libro a la deidad Heidegger y los demás autores del panteón filosófico del siglo XX.

Habla primero de la crisis. Se pone la gorra de improvisado economista para ello. Reconoce que no es su especialidad. Su tesis es que la crisis está originada en la economía real, porque determinados líderes mundiales “discurrieron” que una forma de estimular el crecimiento de la economía norteamericana era el endedudamiento de los hogares de las clases medias. En un segundo tiempo la crisis se habría hecho financiera, al crear productos que escondían en su interior cuál regalos envenenados, los préstamos difíciles de devolver firmados por “los pobres”.

No puedo ponerme esa gorra de economista ni en broma. Desconozco los intríngulis del problema. Luc Ferry da por sentado que la economía capitalista global es “indesmontable”.

Me interesa más y me ha parecido verdaderamente ilustrativa la explicación que da del origen de la globalización actual. Sobre todo me parece plausible y muy bien argumentado el origen de los problemas educativos que nos acechan. Establece dos etapas que se relacionan respectivamente como tesis y antitesis. La primera sería la de la revolución científica que va de la mano con la Ilustración, y sus sueños de felicidad para el mundo entero. Dice Luc Ferry que el discurso científico fue el primer discurso global de la historia y que gracias a las escuelas ese discurso se ha podido extender por todo el planeta. Sólo el eurocentrismo nos lleva a pensar que un primer discurso global habría sido la religión cristiana. En el fondo de países como la India o China sigue sin saberse nada de Jesús. Pero la ciencia ha llegado a todas partes.

La antitesis de esa primera etapa sería el capitalismo global en el que actualmente vivimos. El capitalismo global nos pone frente a una realidad totalmente distinta que se caracteriza por la competitividad. El problema es que “ser competitivo” para los países y para las empresas es una cuestión no opcional, sino de supervivencia. Y aquí está parte de la interpretación filosófica del asunto, el mundo esta hoy movido por las causas eficientes y no por las finales. Es decir, mucha competitividad desencadena mucha innovación como única forma de salir a flote. Pero el resultado acaba siendo que corremos mucho sin saber adónde, “dans le brouillard”, dice Ferry.

Esta sería la primera de las tres consecuencias de la globalización, hemos perdido los fines. En tiempos el fin era el progreso de la humanidad entera, progreso material y científico que traería la felicidad a todos. No sé hasta que punto estas ideas ilustradas calaron en algún momento en nuestro país. Me parece que nunca llegaron a ser asimiladas más que por un muy reducido grupo de notables españoles. Entre otros motivos históricos bien conocidos, ser vecinos de Francia y vernos obligados a rechazar al invasor en nombre de la tradición era empezar con mal pie para la idea del progreso de la humanidad en el imaginario del pueblo español. Tenemos unas tradiciones muy bien conservadas que hacen la delicia de propios y extraños, pero a la hora del civismo y determinados valores se echa en falta una pizca de ilustración del pueblo y en las élites. Se podría decir más pero lo dejo en ese punto para no desviarme.

La segunda consecuencia de la economía competitiva globalizada es que hemos perdido el control de la historia. Luc Ferry expresa en repetidas ocasiones su escepticismo con respecto a la regulación del capitalismo. Describe su experiencia en el Foro social de Porto Alegre donde fue enviado por el presidente Chirac e insiste en que le parecieron unos personajes muy simpáticos pero fuera de la realidad. En esto habría que recordar a Ferry que suelen ser las gentes que están fuera de la realidad las que marcan el camino del progreso, un poco de ilusión por un mundo más justo es necesario. Pero reconoce y por lo visto Chirac estaba de acuerdo en que los “altermondialistes” ponían el dedo en la llaga de la situación actual, con todo su utopismo. Ahora bien, Ferry piensa que no hay “hombres malos” que tiran de los hilos de la economía mundial y que serían ellos los culpables de la actual situación. El problema es la mercantilización del mundo y su logica ciega.

La tercera consecuencia y en esta parte es donde el estudio del origen de la situación actual me ha resultado más interesante es lo que él llama las “contradicciones culturales de los hombres de derechas”. Aquí es donde surge el problema de la educación. Se detiene morosamente en explicar el movimiento de la vida de bohemia, descrita por un alemán instalado en París, Henri Murguer que escribió “Scènes de la vie de Bohème” en 1848. De aquí surgió toda una corriente de escritores, pintores, artistas que se divertían siendo pobres y burlándose de los burgueses. Desconozco el origen de la palabra “filisteo” para referirse a los llamados “burgueses” que llevan una vida ordenada, basada en la comodidad, en hacer dinero y en hacer del arte algo entretenido, un pasatiempo que en el fondo no se entiende.

Hay una relación dialéctica interesante entre esos bohemios que se burlaban con gracia de la sociedad bien ordenada y los burgueses. Ferry pone en esa relación el origen de nuestras dificultades actuales con la educación. En este punto se entretiene en una descripción muy pintoresca e ilustrativa con ejemplos gráficos de cómo ha cambiado el mundo en el curso de su propia vida.
Se pueden ver la antigua escuela en la película de Topaze a la que se refiere, en algún extracto como este que debe ser un conocido pasaje para todos los franceses.



. Y el  contraste con el “estado de la cuestión” que hace Begodo en “Entre les murs”.




Pero cómo explica, los bohemios han sido los “engañados” de la historia, ahorro la expresión malsonante que usa Luc Ferry, mientras que los burgueses han salido ganando. El capitalismo global se ha adueñado de la innovación constante predicada de manera burlona por los bohemios, y para funcionar, necesita que la sociedad rompa con los valores tradicionales.
Es el nudo del problema. Y que él explica con mucha gracia, “cuántos más valores espirituales tiene una persona, menos necesita comprar cosas absurdas”. Pero por otra parte el capitalismo sólo funciona si la gente no para de comprar cosas absurdas.

Parece que pone el acento en que son los jóvenes los que han perdido los valores tradicionales, no estoy segura y tal vez no sea verdad. Mi idea es que los jóvenes reflejan lo que los mayores les damos. Se echa la culpa a menudo de la crisis educativa a los alumnos y él pone un ejemplo muy gráfico sobre la pérdida de las buenas maneras. Pero es lógico suponer que los alumnos son y aprenden en gran parte lo que los mayores les enseñamos. A mi modo de ver el problema seríamos los adultos que no sabemos hacer frente en nuestras propias vidas al modo consumista de vivir.

De ello da cuenta una frase que también se ha hecho célebre en Francia pronunciada por Patrick Le Lay el antiguo PDG de TF1, esta cadena de televisión alcanzó las mayores cotas de audiencia presidida por Patrick Le Lay. La frase en cuestión es que su trabajo como jefe de una de los canales más vistos consistía en "facilitar a las empresas el tiempo disponible del cerebro humano". Facilitando el entretenimiento se pone el cerebro a punto de relajación para no poder resistirse a las tentaciones publicitarias.

Muy agudo Luc Ferry al criticar mayo del 68, no hubo revolución política, sólo una revolución de los valores llamados "societales", el hombre unidimensional de Marcuse que ha perdido las trabas, es el objetivo de la publicidad. No hubo revolución política y la prueba es que las grandes figuras de los años 90 y 2000 en Francia ya estaban en los 60, Miterrand y Chirac. Para que especificar en el caso de nuestro país, en el que muchas de las grandes figuras de la democracia habían crecido a la sombra del "régimen anterior".

Por todo ello sigue planteada la necesidad de un cambio, aunque según Ferry, no vamos a poder pintar "toda la economía de verde" en un minuto, es decir, hacer a todas las empresas ecologistas, y el decrecimiento no es una alternativa seria.

De ahí la gran cuestión del final que dejo para quien quiera disfrutar de esta conferencia en directo.



No hay comentarios:

Publicar un comentario