Dice F. Mora en "¿Cómo funciona el cerebro?" que el sueño ha sido siempre ese misterioso abismo al que nos asomamos y nos atrapa cada noche.
Los griegos creían en el dios Hypnos, hijo de Nix, diosa de la noche, que nos lo trae. El hombre duerme casi un tercio de las 24 horas. ¿Qué es el sueño? ¿Por qué es necesario dormir? ¿Cuáles son sus funciones?
No hay una respuesta clara a todas esas preguntas. Pero todo indica que biológicamente el sueño es muy importante. No sabemos por qué es necesario dormir, pero está claro que es imprescindible. A quien se le priva de sueño muestra cansancio, disminuye su capacidad de raciocinio, se ve incapaz de tomar decisiones y propenso a los accidentes por distracción.
Las ratas sin sueño en quince días mueren por alteración del metabolismo, pierden peso y no pueden mantener el control de la temperatura corporal.
Se piensa que el sueño conserva y restaura los depósitos de energía del organismo, la termorregulación cerebral, la desintoxicación del cerebro, procesos de restauración del tejido corporal y la consolidación de los procesos de aprendizaje y memoria.
En mil millones de años de evolución mucho ha cambiado el sueño: ¿Por qué un caballo duerme 3 horas al día? ¿Por qué un gato duerme 12 horas y los murciélagos entre 17 y 20 horas? ¿Por qué las ratas duermen de día? ¿Por qué el caballo, la jirafa o los elefantes pueden dormir de pie? ¿Por qué los delfines están siempre despiertos a base de dejar dormir solo un hemisferio cerebral u otro alternativamente? ¿Por qué las moscas no duermen?
El mundo del sueño ha dejado de ser puro misterio, gracias a la electroencefalografía hoy conocemos los estados del sueño.
El ser humano pasa por 5 períodos de sueño. Cuatro de ellos tienen un patrón de actividad electroencelográfica similar, que en conjunto se conocen como ondas lentas.
Se pasa de una somnolencia inicial a un sueño superficial, hasta caer en el sueño más profundo. En este cuarto período ocurre algo sorprendente: el sujeto pasa de un registro de sueño lento a un sueño de vigilia. En este último momento según el registro electroencefalográfico la persona está despierta.
Pero en realidad duerme y si tratamos de despertarlo está en sueño profundo o sueño paradójico. Es la quinta fase en la que los ojos se mueven y si despertamos al durmiente probablemente nos diga que estaba soñando. Es el sueño REM (rapid eye movement). El sueño de ondas lentas y el sueño paradójico alternan varias veces durante la noche. Los ciclos se suceden cada 90 minutos, en una noche se puede repetir 7 u 8 veces.
El sueño ha ido emergiendo de forma paulatina. Todos los seres vivos descansan en algún momento del día. Los invertebrados como el escorpión que no tienen cerebro, no revelan actividad neuronal que permita hablar de sueño.
No duerme
Además de la electroencefalografía para hablar de sueño hay que mirar la conducta del animal:
el sitio donde se duerme, la postura corporal típica, la inactividad física, reversibilidad rápida de ese estado de quietud y capacidad regulatoria, es decir, tras deprivación de sueño el sujeto duerme más y recupera el sueño perdido.
Además del escorpión, la cucaracha, el pulpo y las moscas tienen algunas de estas características. En el caso de las moscas solo hay menor actividad, pero siguen conectadas a la actividad circundante.
Duermen pero no sueñan
Con la aparición de los vertebrados surge el sueño propiamente dicho. Junto a las conductas citadas se dan los cambios en la actividad eléctrica del cerebro que reflejan estados de sueño. Peces, anfibios y reptiles pasan de ondas rápidas y bajo voltaje típico de la vigila a ondas lentas de alto voltaje, típicos del sueño lento. Los reptiles carecen de sueño REM.
Hypnos mandó a su hijo Morfeo para enriquecer el período del sueño. Surgió el ensueño dentro del sueño, el sueño REM. Hace 180 millones de años con el paso de los reptiles a los mamíferos sucedió lo impredecible. El pequeño mamífero adquirió la capacidad de regular la temperatura del cuerpo, mantenerla constante independiente de los cambios de la temperatura del medio ambiente. También adquirió un cerebro mayor.
El sueño REM se acompaña de ensueños temáticos y emocionales como refieren los durmientes repentinamente despertados.
En 180 millones de años se ha diversificado el sueño REM en los mamíferos que han ido apareciendo. El ser humano puede soñar 2 horas cada noche, el delfín no sueña y en medio hay un amplio espectro de duración de los sueños. Los animales que duermen poco tienen poco sueño REM. El murciélago o el armadillo que duermen entre 14 y 20 horas tienen más de 3 horas de sueño REM. El caballo o la jirafa que duermen en total 4 horas apenas sí tienen media hora de sueño REM.
Otra interesante correlación es la establecida entre la cantidad de sueño REM y la maduración del cerebro con que se nace. Animales que nacen inmaduros dedican grandes cantidades de tiempo al sueño REM. Un tercer factor que correlaciona con el tiempo duración total del sueño REM es la seguridad de los refugios en donde se duerme. Depredadores y animales con refugios seguros tienen grandes cantidades de sueño REM como los leones o los gatos domésticos.
Gran Dormilón REM
Sin embargo, animales que son presas de caza y mal cobijo durante el sueño total, por ejemplo, las gacelas, las vacas y cualquier animal de pastoreo sueñan menos.
Desde Babilonia, Egipto y China se habla de los espíritus que nos visitan en sueños y mandan mensajes de los dioses. ¿Qué opinan las neurociencias actuales? ¿Tienen algún significado? el problema es que no se puede estudiar cientificamente el sueño mientras sucede, solo se puede estudiar a posteriori cuando el sujeto lo cuenta. Es probable que al contarlos el soñador reinterprete y les dé un sentido que no tiene porqué ser el original.
En 1999 escribía Hobson:
"Los científicos actuales se resisten a la interpretación freudiana de los ensueños. Para nosotros, los ensueños son simplemente la conciencia subjetiva de un producto espontáneo del cerebro durante el sueño. (...) En donde los neurocientíficos y psicólogos freudianos estamos en desacuerdo es sobre la idea de que las imágenes de los sueños son necesariamente símbolos que disfrazan algún significado escondido o enterrado y que los símbolos de esos sueños tienen significados que son universales. Nosotros los neurocientíficos sostenemos que los sueños no son, como a Freud le gustaría, un esfuerzo para disfrazar los impulsos sexuales, porque los sueños muy rara vez hacen un buen trabajo en disfrazar esos impulsos. Ello no quiere decir, sin embargo, que los ensueños no revelen aspectos interesantes de la psique".
Parece claro que durante los sueño podemos volar, sentirnos fuertes, oír y ver lo que no es audible o visible en la realidad, tener emociones fuertes que empequeñecen la racionalidad diurna. Soñar en si mismo no es patológico pero es un tipo de estado psicótico normal que nos afecta cada noche.
El análisis de las características de los sueños muestra un fuerte componente emocional. Estudios muestran que la emoción que con más frecuencia se siente durante el sueño es la ansiedad, seguida de la alegría y la euforia, después la cólera. También destacan la pérdida del raciocinio y de la memoria. Finalmente, otra característica de los sueños es que aunque pueden durar 2 horas, apenas sí los recordamos unos minutos, el hilo racional de los acontecimientos se pierde.
¿Qué áreas del cerebro y qué mecanismos están activados para dar lugar a estas características de los sueños? ¿Qué relación tiene la vivida emocionalidad y percepción en los sueños con las de la vigilia? Y en este caso, ¿Qué relación hay entre las estructuras del cerebro que se activan durante la vigilia y aquellas otras que lo hacen durante los ensueños? ¿Podemos hoy, en términos neuronales, responder a algunas de estas preguntas?
¿Qué diferencia a nuestros sueños de la vida despierta? sabemos que en el sueño de ondas lentas, la corteza cerebral está inactivada, no así durante el período REM. En este sueño REM algunas partes de la corteza cerebral, como la corteza cingulada anterior y el núcleo central de la amígdala se reactivan a niveles iguales o superiores a los que hay en vigilia.
Tanto la amígdala como la corteza prefrontal orbital medial forman parte de las estructuras o circuitos corticales que controlan o regulan las emociones. En contraste algunas otras partes de la corteza prefrontal, la atención, la planificación de nuestro día a día en el mundo, la coherencia a nuestras decisiones racionales se cierra con el suministro de noradrenalina en la corteza cerebral.
Todo esto da idea sobre los sustratos neurobiológicos que se suceden durante esta etapa del sueño y justifican la prevalencia de los componentes emocionales de las ensoñaciones y la supresión de las funciones de atención, la incoherencia temporal y espacial de los acontecimientos y el consecuente componente irracional y caótico que tienen los sueños. Durante el sueño REM parece existir una inhibición de la salida coordinada de información del hipocampo, lo que impide que lugares y sucesos se integren con precisión en el sueño.
Durante el sueño el cerebro elabora su propio mundo como actividad intrínseca sin el mundo de las sensaciones.
Podemos pensar que los sueños son una realidad interna del cerebro producida por la actividad de algunos circuitos distribuidos y la inactivación de otros hecha consciente por la actividad, a su vez, de circuitos tálamo-corticales. De ello se concluye que los sueños aparecen no solo como algo impredecible, caótico, irracional y estrafalario, sino bañados igualmente de un gran colorido emocional.
Me ha llamado la atención la afirmación categórica de que los delfines no sueñen. Aunque no comparto el pansexualismo freudiano; no creo que podamos descartar del todo su análisis del inconsciente; o la hipóteis -creo que junguiana- de que a veces, los sueños recalcitrantes son avisos del inconsciente -o del cuerpo y sus necesidades- al consciente. Luis Cencillo penetró muy profundamente en ese mundo...
ResponderEliminar