He sacado este texto de Bruno Patino, "La civilización de la memoria de pez" (2020). 9 segundos es el tiempo que dedicamos antes de decidir si un vídeo en internet nos interesa o mejor pasar a otra cosa. A partir de los 9 segundos el cerebro desengancha. Necesita otro estímulo, una nueva alerta, otra recomendación.
Y esos 9 segundos son el reto para el gigante Google ¿cómo hacer para seguir captando las miradas de una generación "distraída de la distracción por la distracción"?
A partir de ahí Bruno Patino desarrolla la historia de los pioneros de Internet, la utopía del conocimiento libérrimo y compartido, y el modelo de negocio que se ha instalado al cabo de 30 años, en el que muchos de esos ideales han quedado por el camino.
Entre los visionarios de referencia de antaño de los que se echó mano está el jesuita Pedro Teilhard de Chardin (1881-1955).
Filósofo, teólogo, científico y paleontólogo cuya teoría de la evolución combina ciencia y trascendencia. Ya que no solo abarca los organismos vivos, sino también la materia y el pensamiento, e incluso el espíritu. Distingue 3 etapas que tienden hacia una finalidad que actúa como una especie de revelación. La primera fase es la evolución geológica, la geosfera, seguida por la evolución biológica o biosfera. La evolución del pensamiento supone la creación de una conciencia universal o noosfera, que irradia la energía liberada por el ejercicio de la inteligencia y de los conocimientos de toda la humanidad. Revelación final: la noosfera desemboca, para Teilhard en la eternidad de la cristosfera.
Lo que anuncia Teilhard es la creación de una forma de conciencia universal y planetaria que pone en relación todos los campos del conocimiento. Esta creencia está imbuida de espíritu positivo, espiritualidad y fe, desde un enfoque que se considera científico.
En el ámbito planetario, la noosfera nace de la interconexión de los cerebros humanos. Se superpone a otras formas de organización para fundamentar el espíritu de la tierra o del universo.
Para Barlow (1948-2018), redactor en 1996 de la Declaración de independencia del ciberespacio, dicho ciberespacio es un mundo que está en todas partes y en ninguna, sin territorio ni realidad física, cuyo principio único tiene que ser la libertad de acceso y la expresión sin trabas.
Hemos visto más censura en este último año y medio en yt y fb que en nuestros 40 más gloriosos años.
Coincide Barlow con Teilhard, la red planetaria pensante o noosfera, espíritu colectivo consciente de sí donde se comparte información era Internet. Esta creación cambiaría la suerte de la humanidad, pero también le haría dar un paso más en su evolución.
No pasa de ser una utopía que ha nutrido la mayor parte de los optimistas digitales, considerando la disponibilidad para todos de información ilimitada y el comienzo de una economía compartida como simples etapas sin importancia hacia algo más grande que formaba parte de la civilización. Ha insuflado en este proceso un determinismo que Barlow hubiera podido calificar de divino, natural hasta el punto de que toda intervención exterior no podría sino corromperlo o destruirlo.
La mano invisible del mercado había sido sustituida por la de la red.
La teoría de la sabiduría de las masas o inteligencia colectiva de James Surowiecki partía de que somos más inteligentes de cien en cien que de uno en uno.
Pero 20 años después de todas estas teorías utópicas de "una mente unida" como en la película Avatar, las masas siguen ahí pero se echa en falta la sabiduría. Dependencia de las pantallas, debates públicos de extremistas, polarización de las opiniones, reacciones viscerales, el ágora transformada en circo. Circo que abarca lo peor y lo mejor.
La utopía inicial agoniza víctima de los monstruos que engendró. Los libertarios de los orígenes de Internet ignorarno 2 fuerzas que se desmadran sin límites:
-el impulso colectivo nacido de las pasiones individuales
-el poder económico nacido de la acumulación.
Nuestras adicciones a las pantallas, los vídeos, los retwits son el resultado del vínculo entre esas 2 fuerzas, y de la superestructura económica que hacen que se refuercen mutuamente en detrimento de nuestra libertad.
Las recetas, los consejos para combatir y sanar, al final del libro.
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