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La soledad puede aislarnos de importantes fuentes de vida. Pero también hay un lado creativo en estar solo. ¿Cómo podemos sacar fuerzas de la soledad y al mismo tiempo evitar que otras personas se sientan solas sin haberlo buscado?
La soledad suele ser designada como “epidemia social”, más dañina para la salud que el sobrepeso o el tabaquismo. De ahí que en Gran Bretaña se haya creado una oficina: “Comisión de la soledad”. El periodista científico y médico berlinés Jakob Simmank, sin embargo, observa esta tendencia con gran escepticismo. Piensa que es un enfoque equivocado declarar que la soledad sea una enfermedad que debiéramos hacer desparecer.
Un sentimiento complejo
La soledad es
ante todo un sentimiento, enfatiza Simmank, y uno de gran complejidad.
La experiencia subjetiva de la soledad puede ser dolorosa y estresante,
pero al mismo tiempo tiene una influencia positiva en el desarrollo de
la personalidad. En su ensayo “Soledad. Por qué no deberíamos convertir
un sentimiento en una enfermedad ”, Simmank defiende una clara
distinción entre este nivel subjetivo y la dimensión social de la
soledad, para la cual las condiciones marco específicas pueden
identificarse y también cambiarse a través de la política y la sociedad.
El filósofo Raphael Rauh también entiende inicialmente la soledad como una constante antropológica: un sentimiento que siempre fue experimentado por las personas y que ha jugado un papel importante en "el intento de autodefinirse mediante la religión, el arte y la filosofía”. En el Instituto de Historia y Ética de la Medicina de la Universidad de Friburgo, Rauh se ocupa especialmente del fenómeno de la soledad. La afirmación frecuente de que los humanos somos “un animal social” y que, por lo tanto, la soledad es fundamentalmente mala, no hace justicia a la realidad.
Liberado de la mirada de los demás
La filosofía y el
arte conocen desde hace mucho tiempo el potencial positivo de la
soledad, dice Rauh. Friedrich Nietzsche describió de manera particularmente precisa los momentos de
soledad conscientemente elegidos: "son un espacio de auto-inmersión,
autorreflexión y auto-ampliación" . Hoy
en día, muchas personas buscan esta experiencia en los encuentros con
la naturaleza, al estilo de la experiencia personal del escritor
estadounidense Henry David Thoreau. Dice Rauh:
“Lo dice con una frase
maravillosa: 'Es una noche deliciosa en la que todo el cuerpo cobra sentido y se empapa de felicidad por cada poro', es el epítome de una
soledad alegre surgida de la experiencia de la naturaleza:
uno rompe los lazos sociales, se despega de los ajenos comentarios que nos suelen afectar más de lo necesario y puede lanzarse a su propia aventura ".
Raphael Rauh, filósofo especializado en ética de la medicina
¿Y qué hay del diagnóstico de que las personas en las sociedades modernas corren el riesgo especial de la soledad y el aislamiento social? Es una línea argumentariva en la historia de la filosofía, crítica del capitalismo que va desde Marx a Durkheim, Adorno y Horkheimer y llega a nuestros días, y sugiere que bajo el imperativo de la eficacia y la sobrevalorización de la economía entramos en una relación alienada y en última instancia solitaria con las cosas y las personas que nos rodean y con quienes trabajamos.
"La suposición de que la soledad en la sociedad habría aumentado bajo los auspicios capitalistas difícilmente puede probarse con cifras fiables", afirma Jakob Simmank. Desde su punto de vista, hay evidencias de que la liberalización que fue de la mano del capitalismo también habría abierto nuevas oportunidades para "liberarse de la soledad": personas que antes estaban atadas por normas sociales muy estrictas habrían experimentado nuevas libertades personales. “Creo que se trata es un proceso dialéctico”, concluye Simmank.
Simmank también está convencido de que las condiciones de vida de las personas influyen en el riesgo de caer en el aislamiento social. Para Alemania, las estadísticas indican que hay a dos grupos especialmente afectados por ello. Por un lado, los jóvenes de entre 18 y 35 años sufrían de manera desproporcionada a menudo la falta de vínculos sociales. El segundo grupo estaba formado por personas de edad avanzada, y más si también estaban afectadas por la pobreza.
"Es una cuestión social de envergadura", dice Simmank. La política y la sociedad tienen una obligación al respecto, él propone dos medidas centrales, en particular para mejorar la situación de las personas mayores y las personas necesitadas de cuidados. En primer lugar se ha de actualizar y recompensar mejor trabajo de las enfermeras. Dice Simmank:
“Muchas de ellas suelen tener trabajos precarios, cuando en realidad son el puente que une a los socialmente aislados con el resto de la sociedad. Si sobrecargamos a estos cuidadores, si los dejamos caer en la pobreza, lo que está sucediendo actualmente, este puente se romperá ".
En segundo lugar, Simmank aboga por una reducción general de las horas de trabajo asalariado. Con esta medida, espera que muchas personas utilicen parte del tiempo libre ganado de esta forma para mantener las relaciones sociales, una actividad para la que hoy apenas hay tiempo:
“En su conocido libro 'Bowling Alone', el politólogo Robert Putnam mostró cómo llegó un momento en la segunda mitad del siglo XX en que las mujeres al incorporarse a la vida laboral tenían menos tiempo para involucrarse en clubes, en parroquias ... etc , y esto provocó el debilitamiento de la red social. No estoy haciendo un contra-discurso contra la emancipación, es solo que descubrimos que cuando las personas trabajan más, tienen menos tiempo para mantener sus redes sociales. Se participa menos".
En su dimensión social, la soledad exige respuestas bien pensadas a los desarrollos sociales actuales, dice Simmank. Con respecto a la segunda ola de la pandemia corona, agrega: "Creo que es importante que no repitamos errores como los cometidos en marzo".
La protección contra infecciones no debe ser el único criterio
Especialmente cuando se trata de ancianos y personas necesitadas de cuidados, la preocupación por la protección contra la infección al inicio de la pandemia perdió de vista "que estas personas también son autónomas y también tienen que decidir por sí mismas qué contacto social quieren y con qué riesgo".
En los próximos meses será cuestión de asegurar la mayor protección posible sin infantilizar a los afectados: “Debemos darnos cuenta de que estas personas tienen derecho a su autodesarrollo. Es importante que no los encerremos sin hablar con ellos ".
Jakob Simmank: „Einsamkeit. Warum wir aus einem Gefühl keine Krankheit machen sollten.“
Atrium Verlag, Zürich 2020
ca. 80 Seiten, 9 Euro
Raphael
Benjamin Rauh: „Modulationen der Einsamkeit. Theorien der Ausnahme als
Moralkritik bei Sören Kierkegaard und Friedrich Nietzsche“
Karl Alber Verlag, Freiburg 2016
440 Seiten, ca. 65 Euro
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