Traducción
Ana Azanza
Ha dejado de ser ciencia ficción: los Estados y las empresas acumulan neurodatos y controlan así nuestros pensamientos y sentimientos. Por ahora no hay protección de datos que reaccione contra este ataque a la esfera privada.
Ana Azanza
Ha dejado de ser ciencia ficción: los Estados y las empresas acumulan neurodatos y controlan así nuestros pensamientos y sentimientos. Por ahora no hay protección de datos que reaccione contra este ataque a la esfera privada.
Dara Hallinan, Philip Schütz, Michael Friedewald y Paul de Hert
La libertad de pensamiento es el corazón de un orden democrático. En la época de la vigilancia masiva de los lugares físicos y virtuales el espíritu humano es el último bastión de la libertad absoluta y de la privacidad. O al menos eso creíamos, porque parece que este bastión empieza a desmoronarse, ya que cada vez se almacenan más datos de las neuronas y de los procesos que tienen lugar en el cerebro.
En principio los neurodatos se utilizan para objetivos médicos. Se espera entender mejor las enfermedades neurológicas gracias a los procedimientos de la medicina nuclear que dan imagenes de la medula espinal. Por otra parte con el electroencefalograma, que mide los impulsos eléctricos del cerebro, se ha descubierto que las personas pueden con un poco de ejercicio controlar esos impulsos.
A partir de ahí se han desarrollado interfaces computerizadas del cerebro. De esta forma los pacientes con síndrome de enclaustramiento, que a pesar de tener plena conciencia no pueden moverse físicamente ni interaccionar con el medio, pueden volver a comunicarse con los demás gracias a una pantalla. Otro ejemplo es Proyecto "Mindwalker", que puede ayudar a andar a personas parapléjicas con ayuda de un "exo esqueleto".
Videojuegos dirigidos con el pensamiento
Pero
la acumulación de neurodatos no se limita a los usos clinicos. Hay
intentos de desarrollar juegos que se pueden dirigir con el pensamiento. Con"Affective Computing" los datos
neurológicos sirven para conocer el estado de ánimo del usuario. La idea
es que se debería de mejorar la comunicación entre el hombre y la
máquina.
La posibilidad de usar los neurodatos es fascinante e impulsará muchos nuevos usos. Algunos de ellos podrían tener una gran utilidad para el consumidor y para la sociedad.¿Cuál es la otra cara de la moneda?
Lo aparentemente imposible puede rápidamente convertirse en algo normal.
Para los coleccionistas de datos personales el valor de los mismos está en la mirada que proporcionan sobre los modelos de comportamiento y sobre las preferencias de los individuos. Cuantos más datos haya más profunda será esa mirada. Esta lógica se esconde tras las formas de acumular datos cada vez más complejas y tras las descripciones de perfil, a menudo ocultas tras la oferta de un servicio al cliente gratuito y eficiente. Facebook no es una mera red social. Google no es un mero motor de búsquedas. La Agencia estadounidense de Seguridad nacional no busca información por puro capricho.¿Por qué deberían comportarse de otro modo en el futuro con los datos neuronales? ¿El acceso a información sobre actividades neuronales, sobre pensamientos y sentimientos permitirá un tipo totalmente nuevo de juicio sobre las personas? En el momento presente semejante escenario ha dejado de ser ciencia ficción. Las dos últimas décadas de progreso en la técnica informática nos han enseñado que lo aparentemente imposible puede convertirse rápidamente en realidad. ¿Cómo sería un mundo en el que las grandes firmas y los gobiernos pudieran vigilar constantemente nuestros cerebros? ¿Nos gustaría vivir en un mundo así?
Los datos neuronales no son comparables a los datos tradicionales.
Las leyes deberían protegernos de todo ello. El Estado garantiza los derechos de la personalidad, entre otros el derecho a la autodeterminación informativa que aunque no esta formulado como tal en ninguna constitución, emanó de una sentencia del Tribunal Constitucional alemán.Cuando se empezaron a poner las bases del Derecho europeo de protección de datos, Internet estaba en sus inicios. No había mi motores de búsquedas ni redes sociales ni Smartphones. En aquellos momentos los datos personales eran hechos sociales sin más: nombre dirección, fecha de nacimiento. El mundo ha cambiado de manera radical desde entonces. Y los datos neuronales no se pueden comparar con los datos tradicionales, por llamarlos de algún modo. Determinados tipos de neurodatos son representaciones únicas de la actividad cerebral de una persona, tan individuales como los datos genéticos o biométricos.
¿Los neurodatos son "personales"?
El problema es que el derecho a la protección de datos no está nada claro en relación con esas propiedades de los neurodatos. La protección de datos es válida como la misma expresión lo dice para los "datos personales". Si los datos no son personales, entonces son anónimos y no hay aplicación del derecho de protección de datos. Por lo tanto esos datos no necesitan protección ninguna y por ello terceras personas podrían almacenarlos, procesarlos y facilitarlos a otros.
Hay posibles errores de medición en los neurodatos.
Al tradicional derecho de protección de datos le basta la representación de la separación de los datos y la identidad civil para considerar unos datos anónimos. Sin embargo dado que los datos neuronales son únicos, aunque no esté relacionados con una identidad civil cualquiera siguen haciendo referencia directa a alguien, no son anónimos en realidad.Un derecho fundamental como la libertad del pensamiento no es negociable.
Determinadas formas de los datos son particularmente suseptibles de facilitar la discriminacion u otros ataques al derecho a la personalidad. El actual derecho de protección de datos lo tiene en cuenta y define como datos "sensibles" aquellos por ejemplo que tienen que ver con la salud. Existen normas muy estrictas en ese sentido y tienen que ser examinados por una autoridad que controle su utilización. Por un lado parece evidente que los datos neuronales, en particular los pensamientos y los sentimientos, pertenecen a la esfera más privada y deben ser considerados como tales. La lista de los datos sensibles es por tanto muy excluisva, y los datos neuronales no figuran por ahora en ella. Según el derecho que tenemos en la actualidad los neurodatos serían considerados con las mismas prescripciones que el número de zapato que calzamos.
El procesamiento de los datos neuronales es altamente problemático
Tanto en la Declaración de Derechos Humanos de la ONU como en la Convención Euorpea de los Derechos Humanos el espíritu y los conceptos a él asociados como los pensamientos personales, los sentimientos y los estados emocionales se entienden como el núcleo de la esfera personal. El llamado fueron interno está inseparablemente unido a la dignidad, la personalidad y la autonomía del hombre. Mientras el derecho de protección de datos legaliza a cualquiera "con un motivo fundado" al proceso de datos personales, el fuero interno debería ser protegido sin embargo de manera incondicional. La libertad del pensamiento tiene una validez absoluta. Si hay un punto de referencia para el espíritu ese punto es el cerebro. Si los pensamientos tuvieran una existencia física y medible grabando los neurodatos estaríamos más cerca que nunca de ellos. Considerado de este modo el tratamiento de los datos es altamente problemático. Pero ¿qué son los pensamientos? ¿y cómo podrían ser reflejados por los neurodatos?El jurista Jan-Christoph Bublitz describe el estado de la cuestión en estos términos: "Tengo la impresión de que los juristas y los jueces en general no tienen una gran interés en ocuparse de estas cuestiones, y se agarran a la creencia de que la libertad de los pensamientos no sólo es jurídicamente intocable, también lo es de hecho, por lo que están más allá del alcance de cualquier intervención." Pero, ¿qué ocurre cuando los neurodatos unidos a determinados usos representan de hecho una intrusión en el fuero interno? ¿Puede ser legítimo permitir su procesamiento?
Las nuevas tecnologías afectan a nuestros derechos fundamentales.
De momento las nuevas tecnologías capaces de procesar los datos neuronales no están muy extendidas. Pero ya no podemos obviar que en el futuro tendremos que vérnoslas con una nueva cualidad de datos, sea condicionado por el almacenamiento de grandes registros de datos (Big Data) o sea por nuevas formas de Biometría, datos genéticos o neurodatos. El clásico derecho de protección de datos, con su lógica de simples y particulares tipos de datos personales, se queda corto y no es adecuado para estos nuevos retos. A ello se añade que los neurodatos servirán como fundamento para las estadísticas y para los modelos que de ellas se sigan. Ese saber generado no tendrá que ver sólo con la protección de datos sino en general con el derecho a la personalidad y a la esfera privada.Las nuevas tecnologías y el control afectan a nuestros derechos fundamentales. Si bien los derechos de la personalidad están siempre en tensión en relación con otras metas sociales. Pero en el uso futuro de determinados datos neuronales no se dará ninguna compensación con otros intereses, como el derecho de protección de datos preve a menudo en una multitud de excepciones. Los derechos fundamentales y la dignidad del hombre son inalienables y valen de modo absoluto. En un estado de derecho democrático no están a disposición de las empresas ni de los Estados.
Dara Hallinan, Philip Schütz y Michael Friedewald trabajan en el Instituto Fraunhofer para la investigación ISI, de la universidad Vrije de Bruselas.
Hola Ana.
ResponderEliminarLa cosa es interesante sin duda, pero creo que no es para asustarse... Y no lo es (a mi juicio) por varias razones, entre ellas:
1. El pensamiento no es algo individual, aunque su modo de aparecer en la conciencia nos induzca a creer que sí. Así que en cierto sentido todos "recolectamos" a cada momento los pensamientos de muchos otros y ni siquiera nos damos cuenta :-)
2. Aún si el pensamiento fuera algo individual, no deberíamos confundir la privacidad con la libertad. Exteriormente nos pueden invadir la primera, pero la última sólo la podemos perder nosotros mismos. Pues es una jaula que sólo se cierra por dentro... (aunque hay mucha gente que jamás la abrió).
3. No hay forma de reducir a un dato neuronal un pensamiento como el que sigue:
"desnudo de mujer,
vacilación del ámbar, probidez de la piedra,
vellón iluminado por un rayo de luna, por un
rayo de carne,
muslos separados como
terminaciones del
anochecer,
cita con el origen, vida,
potestad de la muerte,
humedad de universo, palabra final encontrada"
(del poeta mexicano José Carlos Becerra)
Así que siempre habrá un "bunker" inaccesible a la manipulación política y tecno-científica: la poesía, la plegaria, la filosofía, el arte, etc.
4. La única forma forma de privar al hombre de su liberad esencial es deshumanizarlo completamente. Mientras siga siendo humano se lo puede encerrar, se lo puede condicionar, se lo puede narcotizar e idiotizar con ideología o consumismo, pero en el centro del ser estará siempre eso que los musulmanes llaman "qalb", que los japoneses llaman "kokoro", y nosotros "corazón"... Y la buena noticia es que eso no se puede reducir a datos. Es absolutamente inobjetivable...
5. Con respecto a la libertad de pensamiento, me siguen pareciendo más dañinos los dictadores (raza que nunca desaparece por desgracia) que las tan condenadas estrategias de persuasión del capitalismo... Aunque tampoco digo que las últimas sean inocuas.
En fin, no digo que el tema carezca de importancia, por supuesto que la tiene, pero no me parece que sea para asustarse. Un parecer nomás...
Gracias por el comentario, al menos viene bien tomar conciencia de estas cosas y saber
ResponderEliminarde qué nuevas armas van a disponer los fanáticos del poder sobre los demás. Como bien dices, nunca desaparecen
No sé donde tú estás pero por aquí parece que tenemos un campo sembrado y muy productivo.
Ahora estoy en Japón, donde el poder se ejerce de forma bastante democrática, quiero decir que está obligado a dar cuentas de lo que hace y tiene ciertos límites, pero yo soy latino americano así que sé bien de qué hablas Ana... Y dices bien: sin asustarse pero conviene estar prevenido. Gracias por el post.
ResponderEliminarCreo, Máximo, que precisamente en el punto 2 de los que enumeras está una de las claves del tema. Efectivamente la libertad sólo podemos perderla nosotros pero más serán los que la pierdan cuanto más represivo sea el medio. Escribir en internet, incluido por supuesto el correo personal, lo hacemos ya sabiendo que todo será almacenado y que siguiendo unas palabras clave, será analizado, de forma que para cada uno de nosotros exista un perfil definitorio. Que éste no sea exacto o que los pensamientos no se correlacionen con los datos neuronales, como en el caso de la poesía no evita que el saberse espiado genere autocensura. Ese es uno de los propósitos precisamente, el que la gente "cierre desde dentro" abrumada por la falta cada vez mayor de intimidad y por las relaciones personales cada vez más mediatizadas por dispositivos. Si por ejemplo las gafas de google se impusieran podrían almacenar datos de aquello que visualmente llama la atención del portador en tiempo real (sin meternos ya en las distorsiones que pueden conllevar el cambiar la percepción directa por una mediada por una interfaz). También pretenden imponer todo tipo de dispositivos que almacenen datos biométricos con la excusa de la prevención de la salud (otro tema de ataque deshumanizador por cierto cuando es convertido en obsesión).
ResponderEliminarRespecto a la deshumanización, estoy de acuerdo contigo por supuesto en que existe un núcleo inaccesible y que en el fondo es imposible. Ellos no sé si lo saben o no pero la intención segura es que la gran mayoría se olviden de que ese núcleo existe. Precisamente tratar de convertir al sujeto en un objeto es el objetivo de todo lo que hacen.
Por otro lado la deriva aquí en Europa empieza a tipificar ciertas oponiones como enemigas del estado, caso de lo que está gestándose en Francia, por ejemplo.
No quiero con todo esto sonar excesivamente pesimista ni decir que puedan lograr plenamente lo que pretenden, pero pienso que este es uno de los frentes de batalla ahora mismo. No asustarse pero estar prevenido, como decís. :-)
Un abrazo muy fuerte y muchas gracias también Ana por el post.
Está bien Pola, es legítimo todo lo que dices, y en línea con el post de Ana.
ResponderEliminarAún así, no sé... tal vez porque no soy europeo, tal vez estoy confundido, pero a mi me siguen pareciendo mucho más dignas de cuidado las tiranías crudas y duras al estilo de varias de Oriente Medio, de muchos países africanos, de latino américa (aunque es justo decir que hoy sólo hay ahí semi dictaduras populistas de tipo "soft"), una Rusia gobernada por un ex agente de la KGB y que se permite invadir territorios al mejor estilo del imperialismo bolchevique del pasado, etc., etc.
Tampoco quiero decir que la sociedad tecno liberal sea inocua, sólo que me parece que deja más espacios para la "libertad". Aunque más no sea porque puedes abrir un blog como éste y publicar una crítica como la de Ana sin que te encierren o te corten la cabeza.
Pero, en fin, entiendo que dicho así parece que sólo se tratara de elegir entre dos males... y en realidad no habría que aceptar ninguno de los dos.
Para nada quería decir que me parecieran "mejor" las tiranías clásicas o "crudas" como las llamas, no había entrado en eso en mi comentario (y no cambiaría por nada del mundo la España actual por la de 40 años hacia atrás, a pesar de todas las leyes represivas que están siendo aprobadas en este mismo momento), no estaba entrando en comparaciones de ningún tipo, sólo quería destacar que la autocensura es un peligro real y estos tecnotiranos o como los queramoes llamar un enemigo de lo más inteligente que pretende anular todas nuestras armas.
ResponderEliminarEs difícil tratar de hablar de estos temas sin parecer al interlocutor terriblemente pesimista, pero no, no es lo que quería transmitir, sino sólo dar un toque de atención sobre el tema tan importante que tratabas al destacar la resistencia que debemos sostener: no olvidar que la jaula sólo puede cerrrarse desde dentro.
Una abrazo.