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La filósofa "wittgensteniana neoplátonica" Iris Murdoch (1919-1999) |
Iris Murdoch no tuvo reparo en usar la simbología del
psicoanálisis en sus novelas. Se sirvió con provecho de los conceptos del “mundo
encantado y sugestivo, curiosamente autodeterminante de la teoría
psicoanalítica”. En el que las distintas escuelas son “otros tantos mágicos
jardines, cada uno dotado de su propia flora y configuración, y cada uno
rodeado de su propia muralla” –eso escribe en La máquina del amor... Sin embargo, en un simposio sobre sus obras
que tuvo lugar en la Universidad de Caen en 1978 mostró sin tapujos su
desconfianza hacia el psicoanálisis y en general respecto a las teorías “profundas”
de la mente. Lo definió como una empresa
de salvación, es decir, como una soteriología.
Si bien justificaba su práctica en casos de emergencia, como estrategia
terapéutica, pero a ella misma no le hubiera gustado nada ser psicoanalizada.