Hoy voy a aprovechar para publicar la entrada tanto en mi blog como en el blog "Espíritu y cuerpo", en el que escribí hace años un artículo titulado "Sobre los afectos y el arroz y atún", y que os invito a leer.
Voy a dedicársela a mi estimada y protectora tía madrina, Encarnación Lorenzo Hernández, quien me anima incansablemente desde la distancia a proseguir por el incierto camino de la música y me da ideas, nuevos puntos de vista y perspectivas de futuro en esta maravillosa dimensión del conocimiento.
Encar me sugirió la posibilidad de escribir alguna vez sobre lo que escucho cuando voy andando por la calle, los sonidos que me envuelven y lo que me sugieren, el intervalo de la sirena de una ambulancia y su significado o la respuesta que genera a quien la escucha. Y por qué le genera una respuesta determinada. Trataré además de darle un enfoque antropológico al tema. Vamos allá.